En el último encuentro anual de EFPA celebrado en Madrid, Juan José González de Paz, consultor senior de Natixis Global AM, explicaba las dificultades de ‘lidiar’ con el típico inversor español, "que suele tomar las decisiones de forma emocional, con una meta a corto plazo, y sin establecer un plan financiero ni objetivos claros que […]
Dirigentes Digital
| 19 may 2016
En el último encuentro anual de EFPA celebrado en Madrid, Juan José González de Paz, consultor senior de Natixis Global AM, explicaba las dificultades de ‘lidiar’ con el típico inversor español, "que suele tomar las decisiones de forma emocional, con una meta a corto plazo, y sin establecer un plan financiero ni objetivos claros que le permitan mantener el rumbo".
En una reciente encuesta de la firma, los expertos explicaban cómo el dinero y la inversión son asuntos con una fuerte carga emocional para las personas. "El profesional, con su visión objetiva, ve cifras de un extracto, pero los clientes ven sus activos con una óptica más personal. Sus inversiones, de hecho, pueden representar los logros de toda una vida, su prosperidad personal y el legado que dejarán a su familia", indican.
Como resultado de estas asociaciones, las caídas de valor repentinas y pronunciadas a menudo conducen a decisiones igualmente difíciles y provocadas por las emociones. Este tipo de reacción visceral es lo que con frecuencia lleva a los inversores a comprar caro y vender barato.
Las opiniones incoherentes de los inversores acerca del riesgo y la rentabilidad agravan el problema. El 75% de los asesores españoles dice que los clientes están más interesados en debatir sobre el riesgo que hace un año y el 81% afirma que están dispuestos a asumir un mayor riesgo de inversión. Esto puede considerarse como un reflejo del repunte de la economía española, que está aumentando la confianza de los inversores. Pero pese al alza de los niveles de tolerancia al riesgo, cuatro de cada cinco (81%) asesores españoles están en línea con sus colegas de todo el mundo (78%) al afirmar que sus clientes se sienten indecisos entre la obtención de rentabilidad y la conservación del capital.
"Los asesores deben desempeñar un papel esencial guiando y orientando a los inversores a través de las complejidades de la inversión y ayudándoles clientes a definir objetivos financieros claros y a sortear los riesgos", explican
En el mismo sentido se manifiesta Rosario Rey, directora general de Economía y Política Financiera, que durante su participación en el evento de EFPA, destacó la caída en los mercados de renta variable, definiendo 2016 con dos palabras: incertidumbre y volatilidad. "Hay que saber localizar los factores de riesgo, y eso es clave en el asesoramiento".
A su juicio, el asesor debe convencer al cliente de la importancia de realizar una planificación adecuada a su perfil, "construyendo carteras diversificadas y que aporten valor como complemento a la pensión pública". Así, considera que "la educación financiera debe implementarse desde estrategias nacionales que involucren a todos los agentes políticos, trabajando desde las escuelas".
Según advirtió Rey, "las generaciones venideras se enfrentarán a retos diferentes a los actuales, y es importante que adquieran esas habilidades para enfrentarse a ellos. En España vamos atrasados respecto a países como Inglaterra o Escocia, donde cuentan con una asignatura obligatoria desde 2014. Incluso Brasil ha avanzado más que nosotros en este sentido".