Entre las conclusiones de la reunión del Banco Central de Japón el experto destaca que la entidad reconoce implícitamente que no tiene mucho margen para actuar en el marco de la política monetaria actual. Ya están comprando más del 90% de nuevas emisiones de deuda del país, por lo que el aumento de las compras […]
Dirigentes Digital
| 12 ago 2016
Entre las conclusiones de la reunión del Banco Central de Japón el experto destaca que la entidad reconoce implícitamente que no tiene mucho margen para actuar en el marco de la política monetaria actual. Ya están comprando más del 90% de nuevas emisiones de deuda del país, por lo que el aumento de las compras es bastante difícil y, en cualquier caso, habría tenido prácticamente ningún efecto sobre la economía. "La única vía de escape es comprar más acciones ETF, ya que es uno de los segmentos de mercado raros en los que el banco central no es aún un jugador hegemónico, teniendo "sólo" el 55% de los ETF japoneses", explica Dembik.
El Banco de Japón parece entender que no hay ningún punto para tratar de devaluar el yen japonés. A pesar de las numerosas intervenciones en el mercado de divisas, programa QQE y QQE2, el tipo de cambio está aumentando inexorablemente. Desde junio del año pasado, el peso de la ponderación del yen ha subido hasta 25%.
El banco central reconoce además, señala el analista de Saxo Bank, que hay un problema con la financiación en dólares para compañías, lo que podría llevar a cierta angustia en el mercado. Este problema está surgiendo a nivel mundial, pero todavía está infravalorado por los políticos. El siguiente paso para el banco central de Japón será en septiembre, cuando se presente un estudio sobre el impacto del programa actual de la política monetaria. Hasta entonces, no se esperan nuevas medidas por parte del BoJ.
"El informe podría, no obstante, abrir la puerta a la implementación del "dinero helicóptero". Esto podría consistir en la emisión de bonos perpetuos soberanos sin fechas de vencimiento que podrían ser adquiridos por el banco central", añade y resalta que, esta forma de financiación monetaria del déficit público es una medida de último recurso que "será sin duda tan ineficiente como las anteriores medidas tomadas para hacer frente a la deflación (el IPC subyacente cayó un 0,5% en tasa interanual en junio)".
Por ahora, la pelota está en el tejado del gobierno de Japón. Reforzados por su victoria en el motivo de la elección de la cámara alta en julio y frente a tímidas medidas adoptadas por el Banco de Japón, el gobierno no tendrá otra opción que anunciar un plan de estímulo masivo. "El reto para el país es presionar por una mejor coordinación entre las políticas monetarias y fiscales, lo que podría ser el caso si el plan fiscal que se hará público es lo suficientemente ambicioso" Conclye Christopher Dembik.