La encuesta se ha realizado a través del grupo de consultoría de carteras (PRCG) de la gestora, analizando analizado 151 carteras modelo perfiladas (conservadora, moderada y agresiva) y gestionadas por las 21 principales firmas de gestión patrimonial en España. Una de las principales conclusiones es que, pese a la necesidad de subir un peldaño el […]
Dirigentes Digital
| 25 abr 2016
La encuesta se ha realizado a través del grupo de consultoría de carteras (PRCG) de la gestora, analizando analizado 151 carteras modelo perfiladas (conservadora, moderada y agresiva) y gestionadas por las 21 principales firmas de gestión patrimonial en España.
Una de las principales conclusiones es que, pese a la necesidad de subir un peldaño el escalón del riesgo para obtener rentabilidad, las carteras Conservadoras constituyen más de dos tercios de los activos mantenidos en carteras perfiladas. Entre los inversores analizados, destacan los vehículos de inversión activa sobre los de inversión pasiva, sobre todo en renta fija e inversiones alternativas. En renta variable, los inversores parecen demandar gestión activa que genere alfa mediante la selección de valores. En renta fija, la gestión activa parece buscarse como medio de añadir valor mediante la asignación a activos.
El Barómetro pone de manifiesto que, en renta fija, los inversores prefieren exposición a través de fondos de vencimientos cortos. "Esto implica un menor riesgo de duración de cartera, lo que puede convertirse en un problema en caso de descensos de las Bolsas, ya que el riesgo de tipos de interés muestra una correlación negativa histórica con la renta variable", advierten los expertos. A esto se suma que los inversores también prefieren el crédito corporativo a la deuda gubernamental. "Es un factor muy importante desde el punto de vista de la construcción de una cartera, ya que aumenta la necesidad de recurrir a estrategias que no estén correlacionadas con el crédito ni con las bolsas", indican los expertos.
En renta variable, los inversores españoles siguen prefiriendo Europa frente a EEUU. Aún así, durante el último trimestre de 2015 la táctica fue un aumento de las acciones estadounidenses, menos volátiles, y una reducción de las acciones europeas de beta más alta. "Creemos que los gestores están teniendo en cuenta no solo las regiones geográficas, sino también la beta del mercado al ajustar sus exposiciones a renta variable".
La exposición a inversiones alternativas también aumentó en todos los casos excepto en el de las carteras prudentes. Se financió con una reducción de asignación y fondos del mercado monetario en las carteras moderadas, y con una reducción de asignación y renta fija en las carteras agresivas.
Exposición al riesgo
El Barómetro también refleja cómo el nivel de riesgo de las carteras no solo se determina por la asignación a renta variable, que es el standard en la industria. Resulta imprescindible tener en cuenta las exposiciones a divisas, qué países concentran la exposición a renta variable y en qué tipo de renta fija están invirtiendo las carteras.
"Basándonos en nuestro análisis interno y en conversaciones con clientes, nuestra sensación es que, en general, estas carteras españolas "medias" están posicionadas de tal forma que responde a las inquietudes de sus clientes", indican desde Natixis Global AM. En este sentido, a los inversores parece preocuparles los tipos de interés crecientes. Y esto se traduce en su selección de fondos de renta fija de vencimientos más cortos, un mayor riesgo de crédito y mandatos flexibles que permitan ajustar la duración. "Sin embargo, vemos evidencias de que esa situación está haciendo aumentar el riesgo en las carteras debido a la mayor correlación entre el crédito y las acciones", indican desde la firma.
Según recuerdan los expertos, los bajos rendimientos de los bonos gubernamentales de países desarrollados hacen más difícil para las carteras conservadoras conseguir su objetivo de rentabilidad a largo plazo. Por ello, esas carteras están incorporando activos de rentabilidad esperada más alta, pero también de mayor riesgo. "Y eso supone que puedan incorporar más riesgo del previsto en determinadas circunstancias de mercado, por lo que resulta clave someter a la cartera a pruebas de estrés en distintas condiciones de mercado", insisten.