Azerbaiyán es uno de los países que más crece de la región del Cáucaso. En 2014, su PIB (de unos 75.200 millones de dólares) creció un 2% y el Fondo Monetario Internacional prevé que crezca en 2015 hasta un 4%. Sus reservas de crudo y gas (situadas en el mar Caspio) convirtieron al país en […]
Dirigentes Digital
| 02 nov 2015
Azerbaiyán es uno de los países que más crece de la región del Cáucaso. En 2014, su PIB (de unos 75.200 millones de dólares) creció un 2% y el Fondo Monetario Internacional prevé que crezca en 2015 hasta un 4%. Sus reservas de crudo y gas (situadas en el mar Caspio) convirtieron al país en una atractiva inversión para grandes empresas, como Chevron o BP. Gran Bretaña, Noruega, Turquía o Rusia son algunos de los principales inversores del país.
La riqueza en estas fuentes de energía consiguió grandes beneficios para Azerbaiyán, cuyo Gobierno creó un fondo soberano (SOFAZ), que acumulaba unas reservas de casi 40 billones de dólares. Sin embargo, la caída de los precios del crudo ha comenzado a pasar factura a la locomotora del Cáucaso. Según informa el servicio de información internacional Observanto, el país aún cuenta con reservas monetarias como para frenar la presión del dólar sobre la moneda (el manat), pero esto solo servirá en el corto plazo. El país se enfrenta ahora al peligro de una escapada de la inversión extranjera en su principal producto exportado.
Por ello, el Gobierno está tratando de potenciar los sectores no petroleros, y según Observanto, se prevé que consigan suponer el 65,1% del PIB para 2015, lo que pondría 8,5 puntos más que en 2013.
Según un informe publicado por The Economist, la crisis del petróleo, sin embargo, no tendrá un fuerte impacto en el gasto público (de hecho aumentará), sostenido por las reservas del SOFAZ y por impuestos internos para sectores no vinculados con los hidrocarburos. Observanto explica que esta recaudación provendrá de un incremento en los precios de los servicios públicos y nuevos impuestos para la propiedad privada, lo que podría afectar al consumo privado de los sectores menos favorecidos, algo que choca claramente con los 7.884 dólares de PIB per cápita del país, según datos del Banco Mundial.
Además, la producción de petróleo se desacelera para el país caucásico, y en 2014 ya supuso un 2,8% menos que en 2013. Esto implicará menores ingresos para el fondo SOFAZ y más dudas sobre la capacidad de crecimiento del sector ante la posible fuga de inversión extranjera. A lo largo del año, Azerbaiyán ha devaluado gradualmente el manat respecto al dólar para mejorar su competitividad en el exterior.
Nueva victoria de los Aliyev
El partido del Gobierno, Partido Nuevo Azerbaiyán, ha vuelto a renovar mandato en las pasadas elecciones del fin de semana, tal y como se esperaba. Con esta victoria, los Aliyev perpetúan su liderazgo en el país, ya que el actual presidente, Ilhan Aliyev, renueva mandato desde el año 2003, cuando sucedió a su padre, Heydar Aliyev. Heydar Aliyev había sido presidente desde 1993 hasta su muerte en 2003, y anteriormente había sido el líder de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán (desde 1969 a 1982).
Según ha confirmado el jefe de la Comisión Electoral Central, Mazahir Panohov, el partido de Alyev ha ganado en la mayoría de distritos electorales, consiguiendo 70 de los 125 escaños del país.
Azerbaiyán inicia así una etapa en la que reina el "más de lo mismo". El Gobierno de Aliyev ha sido denunciado en muchas ocasiones por distintos grupos pro Derechos Humanos debido a las continuas persecuciones de disidentes y el encarcelamiento de activistas, periodistas o críticos de su Gobierno. De hecho, incluso se cree que en las elecciones de 2003, en las que el actual presidente sucedió a su padre, hubo pucherazo para mantener a la familia en el poder.
Human Rights Watch es una de las organizaciones que acusa al régimen de Aliyev de violar los Derechos Humanos, de encarcelar a unos 35 activistas y periodistas en 2014. "Las cuentas bancarias de los grupos cívicos independientes y sus dirigentes han sido congeladas, impidiendo su trabajo, e incluso en algunos casos les obligó a cerrar", denuncia Human Rights Watch en su página web. "Las nuevas regulaciones legales hacen que sea casi imposible para los grupos independientes obtener la financiación extranjera. Mientras critican la creciente represión, los socios internacionales de Azerbaiyán no han logrado asegurar mejoras en los derechos", añaden.
Además, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, la OSCE, se ha negado a presenciar los comicios y a enviar observadores en protesta por las limitaciones impuestas por las autoridades, al tratar éstas de limitar el número de miembros de su delegación. También se han sumado al boicot otras fuerzas de la oposición, como Musavat y el Frente Popular, que acusan a las autoridades de impedir el registro de candidatos y exigir el pago de la propaganda en televisión, mientras que el partido del Gobierno lo hace gratis. Finalmente, solo la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa envió observadores a las elecciones.
Diversos expertos apuntan a que los países occidentales se mantienen al margen a pesar de las denuncias al régimen de Aliyev por la importancia del país para reducir la dependencia energética de Rusia.