Admito que no me gusta el título que he elegido para esta nota. De entrada, porque la banca no tiene nada que ver. Y tampoco me parece apropiado relacionarla con la sombra. Pero, por otro lado, es un término tan difundido que te ahorras tiempo en explicaciones. Y el tiempo es muy valioso, siempre. Hay […]
Dirigentes Digital
| 24 jun 2015
Admito que no me gusta el título que he elegido para esta nota. De entrada, porque la banca no tiene nada que ver. Y tampoco me parece apropiado relacionarla con la sombra. Pero, por otro lado, es un término tan difundido que te ahorras tiempo en explicaciones. Y el tiempo es muy valioso, siempre.
Hay opiniones para todos gustos sobre el desarrollo de la financiación no bancaria para las empresas. Algunos lo ven positivo, tanto en términos de diversificación de fuentes de financiación y para reducir los costes. Otros se muestran mucho más inquietos. Los primeros, naturalmente, priman las condiciones financieras. Los segundos temen el riesgo de excesos, bajo unas condiciones financieras demasiado expansivas y ante una deuda acumulada lejos de estar ajustada. Probablemente, la posición intermedia sea la correcta.
Así, sin duda el exceso de dependencia de la financiación bancaria previo a la crisis (estimada en más del 85% del total) ha sido un factor de debilidad para superarla. Por otro lado, el FMI y el BIS, también de forma reciente el BM, han advertido sobre los riesgos excesivos que entrañan los mercados con precios de los activos en niveles altos históricos y exceso de posicionamiento de los inversores. El elevado control que aplican las autoridades internacionales sobre la banca contrasta con la escasa información que se tiene sobre la "banca en la sombra". No hablo de supervisión, simplemente de información.
En su último Informe Mensual, el BCE se embarca en el objetivo de tratar de valorar precisamente la importancia de esta fuente de financiación para las empresas europeas, especialmente en aquellas de pequeño y mediano tamaño.
Merece la pena verlo con calma…
¿Una recuperación sin crédito?
Probablemente han escuchado en varias ocasiones esta cuestión. Pues, la respuesta la pueden encontrar en la siguiente tabla. Recoge el resultado de la encuesta del BCE y la Comisión Europea a las empresas (SAFE) sobre sus fuentes de financiación. El periodo elegido ha sido precisamente el representativo de la crisis…
Al final, destaca la utilización de la financiación bancaria sobre la de mercados. Pero, también es lógico, con menor peso según aumenta el tamaño de la empresa. Por cierto, interesante como en las grandes empresas se recurre en mayor medida también a los beneficios no distribuidos.
Siguiendo con la encuesta anterior, la proporción de sociedades no financieras con financiación externa que optan por una sola fuente supone el 57% del total y el resto a dos como mínimo. Las pequeñas empresas con financiación adicional externa optaron en un 72/64% por un solo instrumento. Y las medianas en un 54% por un instrumento, cuando las grandes se reducen a poco más que el 40%. En definitiva, con el tamaño de la empresa también aumenta la disparidad de instrumentos no bancarios para financiarse.
Las empresas con mayor restricción a la financiación bancaria apelaron al crédito comercial y leasing en mayor medida para cubrir los desfases de financiación. Por otro lado, la restricción de financiación bancaria no tuvo en muchos casos como posible alternativa las subvenciones públicas.
El desarrollo de la financiación no bancaria sin duda se puede considerar como una alternativa saludable a la excesiva dependencia del crédito bancario. La rapidez de este desarrollo es lo que causa más inquietud. A nivel europeo, los intentos por la Comisión Europea para unificar mercados pueden ser sin duda un buen escenario para clarificar y resolver las dudas que vayan surgiendo en términos de supervisión y regulación de esta financiación. Veremos.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España.