Barcelona no ha conseguido pasar la primera votación en la carrera que se ha iniciado entre varias ciudades europeas por albergar la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). “Es uno de los daños directos del independentismo”, aseguraba la ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, desde Bruselas. “Todos sabeos que el independentismo es un movimiento […]
Dirigentes Digital
| 20 nov 2017
Barcelona no ha conseguido pasar la primera votación en la carrera que se ha iniciado entre varias ciudades europeas por albergar la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). “Es uno de los daños directos del independentismo”, aseguraba la ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, desde Bruselas. “Todos sabeos que el independentismo es un movimiento que existe no sólo en España sino en toda Europa y es un movimiento que no quiere a Europa… y si todos hubiéramos remado en la misma dirección, en lo que se refiere a un proyecto europeo, Barcelona habría llegado junto con Amsterdam”, señalaba la ministra en una intervención ante la prensa junto con el secretario de Estado para la Unión Europea, Jorge Toledo Albiñana. Albiñana reconocía en este sentido que cuando la situación lleva a que las empresas abandonan Cataluña, no es el mejor escenario para atraer la presencia de una agencia europea como la EMA. Asimismo, la ministra insistió en que las opciones para Barcelona se complicaron porque el movimiento independentista va en contra del orden constitucional y del proyecto europeo. Milán resultó en la primera votación la más votada con 25 puntos, seguida de Copenhague y Amsterdam, empatadas con 20 puntos. En una segunda votación, la ciudad danesa quedó también fuera. A pesar de que a nivel técnico Barcelona era una de las ciudades favoritas, el desafío independentista ha puesto muy difícil al Gobierno de España convencer al resto de socios de que la Ciudad Condal era una clara merecedora de acoger la EMA. Con 13 puntos, Barcelona ha quedado en quinto lugar, a pesar de los esfuerzos del Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento. En 1995, cuando Londres ganó ser la ciudad que acogiera la sede de la EMA, Barcelona quedó en segundo lugar. Hoy parece que la crisis catalana y la incertidumbre que lleva pareja no han ayudado en absoluto a la defensa de la candidatura española. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, aseguraba esta mañana que se han hecho esfuerzos hasta el último momento, lo que muestra la implicación hasta el final del Ejecutivo. Eran 18 las ciudades candidatas para que la EMA fijara su nueva sede —Ámsterdam, Atenas, Barcelona, Bonn, Bratislava, Bruselas, Bucarest, Copenhague, Dublín, Helsinki, Lille, Milán, Oporto, Sofía, Estocolmo, Viena, Varsovia y Zagreb— después de que Malta retirara la suya. Y en la lucha por conseguir ser la elegida también ha caído en la primera votación Bratislava. La ciudad partía como favorita junto con Milán y era una gran oportunidad del Este en esta pugna por conseguir su sede. Sin embargo, ha tenido que conformarse con el cuarto puesto, con 15 puntos, por delante de Barcelona. La EMA cuenta con un presupuesto de 340 millones de euros y más de 900 empleados. Su nueva sede se estrenaría cuando se produzca el Brexit, en marzo de 2019. La ciudad elegida tiene que estar preparada para que empiece a funcionar en esa fecha, así como buenas comunicaciones y colegios internacionales que permitan una exitosa mudanza para los empleados, sin olvidar buenas infraestructuras que faciliten las visitas que la tema genera al año. La reunión empezó sobe las 15.00 horas y han votado los 27 miembros. Reino Unido no votaba porque precisamente su salida del club europeo es la razón por la que la EMA tiene que cambiar su sede. Y bajo el mismo procedimiento, se decide la nueva sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que actualmente se encuentra también en la capital británica.