La sangría del crudo muestra su cara amable en las economías de los hogares europeos, el ahorro que supone el desplome de los precios se ha transformado en un auge del gasto por encima de las expectativas de la firma británica. "Como muestra un botón": las ventas minoristas han crecido a un ritmo no visto […]
Dirigentes Digital
| 17 abr 2015
La sangría del crudo muestra su cara amable en las economías de los hogares europeos, el ahorro que supone el desplome de los precios se ha transformado en un auge del gasto por encima de las expectativas de la firma británica. "Como muestra un botón": las ventas minoristas han crecido a un ritmo no visto desde antes de la gran recesión de 2008.
A este "viento a favor", debemos sumarle el impacto del agresivo programa de compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE) que también ha superado "nuestras previsiones, que ya eran altas, creando las condiciones monetarias y financieras más favorables desde el comienzo de la unión monetaria. Pensamos que esta política monetaria, con el tiempo, será un éxito a la hora de impulsar la recuperación cíclica", afirman estos expertos.
Por ello, estiman que el crecimiento de la Zona Euro alcance el 1,5% este año y el 1,7% el próximo; mientras que la inflación debería repuntar gradualmente desde el 0,2% de 2015 hasta el 1,1% en 2016. "La demanda interna seguirá beneficiándose de unas condiciones financieras laxas mientras un euro más débil debería impulsar las exportaciones, aunque el impacto variará dependiendo del país", afirman.
Con todo, tal y como han señalado en múltiples ocasiones en el pasado, advierten que "la política monetaria por sí sola no será suficiente para conducir a las economías de la región de nuevo a una senda de crecimiento fuerte y sostenido para restablecer la sostenibilidad de la deuda y llevar al desempleo a niveles aceptables". Reconoce la firma británica que algunos Gobierno ya han hecho progresos en lo que a reformas estructurales respect, pero "necesitan acelerar la implementación de las mismas para cumplir sus objetivos a medio plazo".
Y, como no, Grecia "sigue siendo una preocupación importante en el corto plazo", ya que su Ejecutivo y sus socios/acreedores no terminan de llegar a un punto de acuerdo sobre el programa de reformas que permita desbloquear las ayudas que tanto necesita el país. De hecho, consideran que el riesgo de un "accidente de liquidez" o, incluso, la posibilidad de una salida del euro siguen siendo elevados.