Nueva semana clave para los mercados financieros. Además de nuevas pistas sobre un posible quantitative easing (QE), los inversores esperan que el Banco Central Europeo (BCE) desgrane en su reunión de próximo jueves el timing y las cantidades justas de su programa de compra de ABS y otras titulizaciones de crédito. Un movimiento que supondrá […]
Dirigentes Digital
| 30 sep 2014
Nueva semana clave para los mercados financieros. Además de nuevas pistas sobre un posible quantitative easing (QE), los inversores esperan que el Banco Central Europeo (BCE) desgrane en su reunión de próximo jueves el timing y las cantidades justas de su programa de compra de ABS y otras titulizaciones de crédito. Un movimiento que supondrá más liquidez todavía en el mercado y cuyo posible impacto no termina de convencer a todos los expertos, especialmente por ser un mercado demasiado pequeño con una marco regulatorio cogido por los hilos.
Aunque la forma y la cantidad de estas compras de deuda privada se desconocen aún, algunos expertos apuntan a que podría situarse superar los 500.000 millones de euros repartidos en 3 años. Una cifra que para algunas voces resulta demasiado elevada. Sin embargo, y tras la decepción que supuso la última maniobra de Mario Draghi (con el primer TLTRO del organismo quedándose muy por debajo de lo esperado), el organismo está bajo la máxima presión.
¿Cuánto comprará Draghi?
"De momento, hemos escuchado informaciones tan dispares como que el BCE negocia encontrar garantías gubernamentales para la compra de este papel. Por cierto, rechazadas de forma explícita por las autoridades alemanas y francesas", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. El experto menciona que el BCE podría comprar papel con un nivel de riesgo inferior al papel que ahora sirve como contrapartida de para repos de liquidez. Y que lo único que parece claro es que "necesita dar un golpe de efecto con este nuevo instrumento ante la desilusión de la primera subasta de TLTRO".
A su juicio, las compras se situarían entre 200.000 y 400.000 millones de euros en este tipo de papel, "a partes iguales entre títulos de préstamo a empresas y el resto". Sin embargo, desde la entidad destacan que no hay tanto papel en el mercado, especialmente en el caso de ABS. "Quedaría por tanto la opción de dejar una línea de crédito abierta a medio plazo lo que contribuiría a aumentar la profundidad de este mercado. Que no su liquidez", advierte. Ante esta situación, los expertos siguen apostando por un QE abierto con compras de deuda pública como medida definitiva
En este sentido, los analistas de Deutsche Bank explican que lo más probable es que el BCE anuncie la compra de activos de amplia base, incluyendo QE, en el plazo de seis meses para elevar la expansión del balance por 1 billón de euros. Los programas de compras de deuda privada pretenden ampliar el balance del BCE en esa cifra, hasta un total de 3 billones de euros.
Escaso potencial
Desde JP Morgan estiman que existen unos 250.000 millones de euros de ABS susceptibles de ser comprados (más otros 650.000 millones de cédulas). A juicio de los expertos, y si el organismo pretende comprar solo los tramos senior, el BCE no comprará más de 7.000 millones de euros al mes (muy por debajo de las cifras de los 14.000 millones mensuales que tendría que comprar para alcanzar las previsiones más optimistas de 500.000 millones en tres años).
En un reciente informe sobre este mercado, los analistas de JP Morgan explican que aunque las medidas adoptadas no llegan tan lejos como para suponer una expansión cuantitativa en toda regla (que implicaría la compra directa de deuda soberana por parte del BCE) sí que constituyen una aceleración de los esfuerzos para mejorar el entorno de crédito puestos en marcha en junio. "Al incluir titulizaciones hipotecarias entre los activos aptos para la compra, el BCE también ha elevado la escala potencial del programa. No obstante, el volumen de ABS europeas disponibles ahora mismo se ha reducido mucho con respecto a antes de la crisis, lo que limitará la escala de las compras".
Pase lo que pase, y sea la cantidad que sea la acordada para las compras, Draghi ha insistido siempre en que, independientemente del volumen, el nuevo crédito no conseguirá generar crecimiento en las economías en crisis si no se llevan a cabo reformas estructurales de calado que fortalezcan el entorno de negocio.