La presión vendedora sobre los títulos del BES está llevando a que las acciones valgan cero. Si no han llegado ha sido porque la CNMV luso ha decidido intervenir antes cuando caía casi un 50% a 0,12 euros. El regulador ha informado que está a la espera de "información relevante".
El tiro de gracia se lo ha pegado Goldman Sachs cuando hacía público que había reducido su participación en BES por debajo del umbral del 2% el pasado 23 de julio. Goldman Sachs se deshizo el 23 de julio de 4,44 millones de acciones, reduciendo su participación en BES a 107,18 millones en acciones e instrumentos financieros, que equivalen al 1,91% del capital social de la entidad.
Los inversores salen huyendo
Toda una señal para el mercado de "abandonar el barco". La salida del banco de inversión estadounidense ha podido precipitar para que los actuales administradores del banco presenten de urgencia un plan de recapitalización para evitar el desastre.
La entrada en barrena en Bolsa ha provocado que los planes de salvamento del Banco de Portugal y del equipo de Vítor Bento descarrilen para recapitalizar la entidad sin necesidad de recurrir a ayudas públicas.
Las pérdidas del BES de 3.500 millones rompían las previsiones más conservadoras de las autoridades que habían asegurado que la exposición al resto del holding de los Espirito Santo estaba limitada a 1.100 millones y que la entidad contaba con provisiones de 2.100 millones para afrontar el impacto negativo del imperio empresarial.
Abocado a una recapitalización con dinero público
Carlos Costa, el gobernador del regulador bancario, aseguraba estos días que había inversores extranjeros interesados en entrar en el BES. Sin embargo, la actual situación invita a pensar que va a ser imposible prescindir de una inyección pública. El mercado especula con que va a ser inevitable la intervención con dinero público, por lo menos parcial para detener la sangría actual.
Los rumores apuntan que el Gobierno portugués ha contactado con el BCE para confirmar que dispone de una línea de crédito de 6.400 millones para utilizarlo en BES. Para rizar el rizor, Vítor Bento se comprometió a una auditoria forenses para determinar la profundidad del agujero de la entidad y no se espera que esté lista para los próximos días. La recapitalización se necesita de forma inminente y no parece que cualquier inversor privado entre en BES sin saber el alcance definitivo de los números rojos.
Varios analistas sitúan las necesidades urgentes de capital por encima de los 4.000 millones.