El experto insiste en que "las valoraciones de las acciones europeas y asiáticas aún parecen razonables, lo que, junto con el incremento de la base monetaria, sigue favoreciendo las perspectivas de la renta variable. Dicho esto, creemos que estamos (sin lugar a dudas) en la última fase de un mercado alcista que ha durado mucho". […]
Dirigentes Digital
| 18 ene 2016
El experto insiste en que "las valoraciones de las acciones europeas y asiáticas aún parecen razonables, lo que, junto con el incremento de la base monetaria, sigue favoreciendo las perspectivas de la renta variable. Dicho esto, creemos que estamos (sin lugar a dudas) en la última fase de un mercado alcista que ha durado mucho".
Frente a los rotundos y repentinos reveses en los mercados bursátiles, ahora ya habituales para los inversores, "los bonos convertibles protegieron frente a casi la mitad de las pérdidas" registradas durante los meses de verano. Para Kühle, esta categoría, con sus estabilizadores integrados, ha demostrado ser la clase de activo perfecta para la volatilidad que han mostrado los mercados este año. "En nuestra opinión, los bonos convertibles deberían seguir reduciendo el riesgo de renta variable para los inversores en 2016", indica.
Tal y como explica el experto, este activo brinda protección a través de una característica denominada "sincronización automática". Esta función implica que la exposición a la renta variable desciende automáticamente cuando la acción subyacente cae. Y esta exposición vuelve a aumentar cuando los mercados se revalorizan. "Una acertada gestión activa de la exposición y una buena selección de títulos podría contribuir notablemente a la rentabilidad a largo plazo", indica.
Más volatilidad, ¿malo para los activos de riesgo?
Desde Schroders insisten en que la volatilidad será una constante en los mercados este año, ante un empeoramiento previsto en la confianza, un envite en los fundamentales o las oscilaciones en la liquidez del mercado, "especialmente en el extremo inferior de la curva crediticia". La pregunta es si esto es un mal presagio para los activos de riesgo en general. "No creemos que lo sea. En nuestra opinión, los repuntes que suelen producirse tras una interrupción en un mercado alcista implican que estos periodos de debilidad podrían ofrecer puntos de entrada interesantes", explica Kühle.
"Ante un crecimiento económico escaso aunque en terreno positivo, creemos que hay buenos motivos para seguir invirtiendo en activos de riesgo", insiste, explicando que "la cuestión, para nosotros, no es si exponernos o no a la renta variable, sino qué grado de exposición deberían mantener los inversores en sus carteras". Bajo esta premisa, considera que los inversores deben seguir apostando, a largo plazo, por los bonos convertibles como una fórmula para reducir el riesgo bursátil y, a su vez, como una atractiva combinación "de exposición inteligente a la renta variable al tiempo que mantienen la protección frente a caídas que ofrecen los bonos".