Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, afronta unos difíciles meses. Un sondeo de opinión realizado por CNT/MIDA determina que el 80,6% de los brasileños considera que no podrá sacar al país de la grave crisis económica que atraviesa. En concreto, el 86,7% de los encuestados determina que no quiere pagar más impuestos. El mismo sondeo también […]
Dirigentes Digital
| 28 oct 2015
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, afronta unos difíciles meses. Un sondeo de opinión realizado por CNT/MIDA determina que el 80,6% de los brasileños considera que no podrá sacar al país de la grave crisis económica que atraviesa. En concreto, el 86,7% de los encuestados determina que no quiere pagar más impuestos. El mismo sondeo también arroja cifras como que el 70,5% está en contra del impuesto sobre las transacciones financiera.
La poca credibilidad que ofrece su mandato preocupa a los analistas de cara a los múltiples retos de debe enfrentar. En el caso de Barclays, la entidad considera que, sin contar con las complicaciones políticas que ofrece el país, Brasil debe encarar numerosos contratiempos para adaptarse al hostil panorama que confronta. Desafortunadamente, no parece muy probable que la consolidación de la política económica se vaya a resolver pronto, añaden la entidad.
¿Debe preocuparse Rousseff?
La presidenta encadena en los últimos meses numerosos reveses. El último gira en torno a las cuentas presentadas por su Gobierno para 2014. Según el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), los balances ‘pecaban’ de haber sido maquillados. Por lo tanto, el organismo ha decidido no aceptarlas, algo que sólo ha pasado dos veces en los 80 años de historia del TCU.
Según el Tribunal, las irregularidades afectarían a unos 1.000 millones de euros. Para intentar salir del paso, el ministro Augusto Nardes has señalado que "los actos fueron practicados para evidenciar una situación fiscal incompatible con la realidad" ya que en 2014 se vivió un "desgobierno fiscal".
De esta forma, la presidenta habría cometido un "delito de responsabilidad", lo que podría derivar en su destitución, algo que la oposición y gran parte de los ciudadanos brasileños piden desde hace tiempo por la situación económica y social que vive el país.
"Vete ya, Dilma"
Brasil vive un momento económico y social complicado. Y es que, el segundo mandato de Dilma Rousseff no está siendo sencillo. A los problemas económicos del país, la presidenta del país debe sumar el escándalo de corrupción que gira entorno a Petrobras, la mayor empresa estatal de Latinoamérica.
Tal es el descontento de los brasileños que, decidieron salir a la calle este verano para protestar contra el Gobierno de Dilma Rousseff y contra el Partido de los Trabajadores, en el que ella milita. Bajo eslóganes como "Vete ya, Dilma", los brasileños demostraron en la calle lo que reflejan las encuestas.
Por su parte, la presidenta del Gobierno ha asegurado en más de una ocasión que no piensa sufrir una destitución parlamentaria tras declarar que "no voy a caer, eso lo tengo muy claro".