Una vez más, la ONG Oxfam ha hecho coincidir la publicación de su informe sobre el reparto de la riqueza mundial con el comienzo de la celebración del Foro Davos, que empieza mañana en la ciudad del mismo nombre, situada en Suiza. Este solapamiento en el tiempo seguramente sirve para presionar a los asistentes de Davos […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2018
Una vez más, la ONG Oxfam ha hecho coincidir la publicación de su informe sobre el reparto de la riqueza mundial con el comienzo de la celebración del Foro Davos, que empieza mañana en la ciudad del mismo nombre, situada en Suiza. Este solapamiento en el tiempo seguramente sirve para presionar a los asistentes de Davos con el fin de que la creciente desigualdad no pase desapercibida entre los temas de la agenda. Al citado evento asistirán esta semana la élite de la economía, política y cultura mundial y su objetivo es afrontar de forma coordinada los grandes retos internacionales e identificar los más prioritarios entre ellos. Más estadísticas en Statista La desigualdad económica extrema es perjudicial y preocupante por varias razones: además de ser moralmente cuestionable, puede repercutir negativamente en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, así como multiplicar los problemas sociales. Asimismo, agrava otro tipo de desigualdades, como las que existen entre hombres y mujeres. En muchos países, la desigualdad económica extrema resulta preocupante debido a los efectos perniciosos que la concentración de riqueza puede acarrear para la equidad en la representación política. Cuando la riqueza se apropia de la elaboración de las políticas gubernamentales secuestrándolas, las leyes tienden a favorecer a los ricos, incluso a costa de todos los demás. El resultado es la erosión de la gobernanza democrática, la destrucción de la cohesión social y la desaparición de la igualdad de oportunidades. A menos que se adopten soluciones políticas valientes que pongan freno a la influencia de la riqueza en la política, los gobiernos trabajarán en favor de los intereses de los ricos, y las desigualdades políticas y económicas seguirán aumentando. Como dice la famosa cita de Louis Brandeis, que fue miembro del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, “podemos tener democracia, o podemos tener la riqueza concentrada en pocas manos, pero no podemos tener ambas”. Entre los datos más sorprendentes del informe de Oxfam se encuentra que en 2017 cada dos días una persona en el mundo alcanzó una riqueza superior a los mil millones de dólares estadounidenses, es decir, se convirtió en multimillonaria. A finales de año, estos sumaban 2.043 individuos, con un 90% de varones entre ellos. Además, como muestra este gráfico de Statista, en el pasado ejercicio la riqueza aumentó 762.000 millones de dólares estadounidenses, suficiente para acabar con la pobreza extrema siete veces. El 82% de este incremento fue a parar a las manos del 1% más rico del planeta.