Este lunes, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro han iniciado el proceso para seleccionar al próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) para los próximos ocho años, que sustituirá en el cargo al economista portugués, Vítor Constancio, cuyo mandato expira el 31 de mayo. Se abre así el plazo para que los […]
Dirigentes Digital
| 22 ene 2018
Este lunes, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro han iniciado el proceso para seleccionar al próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) para los próximos ocho años, que sustituirá en el cargo al economista portugués, Vítor Constancio, cuyo mandato expira el 31 de mayo. Se abre así el plazo para que los 19 países del euro presenten a sus candidatos, en un proceso que podría culminar en la reunión del Eurogrupo que se celebrará el 19 de febrero. Posteriormente, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea deberán ratificar el nombramiento en la cumbre informal del próximo 22 de marzo. Tal y como aseguró el presidente del Gobierno Mariano Rajoy y como ha confirmado este lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos, España aspira a ocupar ese puesto y presentará su propio candidato. Aunque todavía no se ha confirmado oficialmente su identidad, todo apunta a que el propio de Guindos podría ser elegido. El nombre del ministro de Economía ya había sonado como posible aspirante español a la presidencia del Eurogrupo en 2017, pero finalmente el Gobierno decidió no presentar candidato, en vista de los apoyos con los que contaba el principal favorito, el titular portugúes de Economía, Mario Centeno, que resultó finalmente elegido para el cargo. Pese a la inminencia de la elección del nuevo vicepresidente del BCE, dentro del ministerio de Economía, Industria y Competitividad el ambiente que se respira es de “mucha normalidad y cierto escepticismo“, según fuentes internas del departamento que dirige de Guindos consultadas por DIRIGENTES. De este modo, en las oficinas del ministerio de Economía impera la prudencia y se mantiene la operativa habitual, actuando “como si no pasara nada o no fuera a pasar nada”, añaden las citadas fuentes, destacando que en los pasillos de Interior “no se habla del tema”. Esta calma aparente en el ministerio contrasta con los rumores que rodean al Gobierno de Mariano Rajoy, que podría estar preparando una remodelación de su gabinete para este próximo mes de marzo. Sin embargo, en Economía no se especula todavía sobre la posible candidatura de de Guindos ni sobre sus posibles sucesores en la cartera económica si finalmente resultase elegido. En Economía se ve la elección del próximo número dos del BCE “como algo muy difícil de predecir hasta el último momento, porque la decisión se tomará en Bruselas”. Además, dado el secretismo y la burocracia que acompaña a cualquier proceso de selección en el ámbito comunitario, “nadie tiene una fuente que le pueda asegurar nada al 100%”. De hecho, el proceso de elección del nuevo vicepresidente del regulador monetario europeo contará, además de con la decisión por mayoría cualificada del Eurogrupo y de la ratificación de la cumbre de líderes comunitarios, con el asesoramiento sin derecho a voto del Consejo de Gobierno del BCE y al Parlamento Europeo. Ambos órganos podrán valorar si el perfil del aspirante elegido se adecúa a los requisitos que marca el Tratado de la UE, que determina que el vicepresidente del BCE, al igual que el presidente y los miembros del Comité Ejecutivo, debe ser una persona de “reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios“. Ese segundo condicionante, la experiencia en política monetaria, puede ser la principal desventaja que afrontaría el ministro español en caso de confirmarse su candidatura, al igual que su género, ya que la Comisión Europea lleva más de seis años reclamando la presencia de más mujeres en cargos dirigentes del club comunitario. A favor de De Guindos, en cambio, pesarán las múltiples quejas de los representantes españoles sobre la infrarrepresentación del país en las instituciones europeas. Desde el Ejecutivo, se afirma que la cuarta economía de la eurozona no cuenta con altos cargos de su nacionalidad, frente a la abundante representación de países más pequeños, como Luxemburgo o Bélgica. De hecho, España abandonó su puesto en el Comité Ejecutivo del BCE en 2012, cuando el economista luxemburgués Yves Mersch sustituyó a José Manuel González Páramo al final de su mandato. Desde entonces, como ejemplifica el fracaso de las candidaturas de Guindos a la presidencia del Eurogrupo en 2015 y 2017, el Gobierno español ha criticado su exclusión de los principales cargos comunitarios. Esta carencia de representación podría ser la gran baza española para hacerse con la vicepresidencia del banco central, según asegura este lunes el diario británico Financial Times, citando fuentes diplomáticas comunitarias que señalan que De Guindos estaría “bien posicionado” en la carrera por el puesto. Suceda lo que suceda, está claro que se avecinan tiempos convulsos en la diplomacia comunitaria. Desde ahora y hasta octubre de 2019, se renovarán dos tercios de los altos cargos del BCE. En los próximos 18 meses habrá que consensuar sustitutos para su economista jefe, el belga Peter Praet, su supervisora, la francesa Daniele Nouy; el miembro del consejo de gobierno Benoit Coeure, también francés, y para el presidente del banco central, Mario Draghi.