La planificación fiscal agresiva se ha convertido en el eufemismo de moda en Bruselas. Esas prácticas de las grandes
empresas para pagar los menos impuestos posibles aprovechando cualquier resquicio legal que le ofrece el complejo y desequilibrado sistema fiscal de la Unión Europea. A raíz de los casos de LuxLeaks, en el que compañías pactaban con Luxemburgo acuerdos fiscales muy por debajo de los tipos oficiales, la evasión de impuestos es uno de los principales temas en la agenda de los países miembros para avanzar hacia la unificación fiscal.
Alemania, Francia e Italia se han puesto al frente de la campaña para reforzar las normas fiscales de la Unión y acabar con las ventajas que ofrecen países como Luxemburgo, Irlanda o Países Bajos. Los ministros de Finanzas de los tres países han pedido por carta al nuevo ejecutivo de la Comisión Europea prohibir la planificación fiscal agresiva para evitar los desplazamientos de beneficio dentro del mercado único.
Aunque la Comisión hace meses que está siendo muy dura con empresas como Google, Fiat o Amazon, por radicar sus matrices europeas en países con baja presión fiscal para desviar los beneficios del resto de Estados; las prácticas desveladas en Luxemburgo mientras Jean Claude Juncker, el actual presidente de la Comisión,mientras era primer ministro del país ha levantado ampollas entre muchos socios.
Las principales economías de la
zona euro quieren aprovechar la situación de debilidad de Juncker para presionarle para que cambie las normas y obligar a los países, como Luxemburgo, a endurecer sus sistemas tributarios.
En la misiva, a la que ha tenido acceso Financial Times son muy claros con los paraísos fiscales y con los países como Holanda ofrecen una venta directa a ellos. "Favorecen la planificación agresiva y la falta de transparencia".