En 2013, el comercio global de productos alimentarios movió 1,01 billones de dólares, cerca del 4,9% del comercio mundial ese año, según un informe de la OCDE y la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO). La industria alimentaria tiene también un importante papel en cuanto a derechos de propiedad intelectual, pues es el tercer sector […]
Dirigentes Digital
| 28 jul 2017
En 2013, el comercio global de productos alimentarios movió 1,01 billones de dólares, cerca del 4,9% del comercio mundial ese año, según un informe de la OCDE y la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO). La industria alimentaria tiene también un importante papel en cuanto a derechos de propiedad intelectual, pues es el tercer sector más activo en registros de marcas, con 266.581 registros en 2013, en torno al 6,8% de todos los registros de ese año. Los productos alimentarios también pueden falsificarse. En general, todo aquello protegido por una marca, por unos derechos de propiedad intelectual, se puede falsificar. El comercio global de productos alimentarios falsos supuso unos 8.700 millones de euros en 2013, más del 1,2% del comercio total de estos bienes. Así, la industria alimentaria se coloca en el top 5 de entre las más “pirateadas”. Dónde se piratean los alimentos Según el informe de la OCDE y la EUIPO, los países donde más se produjeron estas falsificaciones entre 2011 y 2013 son India, Pakistán, China y Turquía. Sin embargo, hay que señalar que ese informe solo recoge el comercio entre países, no la producción y el consumo dentro de cada estado y, además, no dispone de datos para ciertos países desarrollados. Además, los expertos de ambos organismos han elaborado un índice para determinar los países más propensos a producir estas falsificaciones. Las importaciones de estos productos procederán, seguramente, de China, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Egipto y muchos otros países. De las importaciones de la Unión Europea, lo más probable es que procedan de China, India o Etiopía, entre otros. En la siguiente tabla, las organizaciones han resumido qué países son productores, cuáles son los destinos de estas mercancías falsas y cuáles son simplemente puntos de tránsito para estos productos. Por ejemplo, China, India o Pakistán son países productores que exportan directamente a países como Estados Unidos, la UE, Japón o Marruecos e, indirectamente, a otros como Yemen o Arabia Saudí. Turquía también es un importante productor que vende directamente a la UE o Serbia. Otros, como Etiopía o Kenia, venden a Arabia Saudí o Yemen para, posteriormente, pasar a otros mercados finales.