China inicia hoy su nuevo año lunar, el Año del Perro, inmersa en un proceso de transformación de su modelo económico donde los servicios y el consumo doméstico tienen un papel cada vez más decisivo. Esta transformación está dando sus frutos, como demuestran las cifras de crecimiento del país, según Julien-Pierre Nouen, economista jefe de […]
Dirigentes Digital
| 20 feb 2018
China inicia hoy su nuevo año lunar, el Año del Perro, inmersa en un proceso de transformación de su modelo económico donde los servicios y el consumo doméstico tienen un papel cada vez más decisivo. Esta transformación está dando sus frutos, como demuestran las cifras de crecimiento del país, según Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères. El crecimiento chino sorprendió favorablemente en el cuarto trimestre, volviendo a situarse estable en un 6,8% anual. Estos datos llevan al crecimiento en el conjunto del año 2017 al 6,9%, por encima del 6,7% de 2016. “Este ritmo de expansión económica es un poco más elevado que el objetivo de crecimiento que había fijado el gobierno en “alrededor del 6,5%”. Además, es más elevado que las previsiones de los analistas y de las instituciones a principios del ejercicio” según Nouen. En términos nominales, la aceleración del crecimiento es aún más significativa (11,3% en 2017 frente al 7,9% en 2016). Combinada con una desaceleración del crédito, ésta ha permitido frenar la subida del ratio deuda/PIB (256,4% del PIB en el tercer trimestre 2017 según el IIF). Una interrupción de las contribuciones de crecimiento del PIB indica que el consumo ligeramente más débil y la inversión fueron amortizados por el comercio exterior. La buena sorpresa del dato de crecimiento en 2017 ha permitido a las autoridades reducir su apoyo a la economía. En hechos concretos, esto se traduce, entre otros, en una disminución del crédito, especialmente en el mercado inmobiliario, donde el impacto sobre la actividad queda pendiente de revisión. Según Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères, el gobierno ha señalado claramente que la prioridad de este año estará orientada a la calidad del crecimiento, en lugar de la cantidad. El posicionamiento del cursor queda, no obstante, como una fuente de incertidumbre. Por ello, el anuncio del objetivo de crecimiento para 2018 que se hará en marzo supondrá un indicador significativo para la economía china y mundial.