Con un objetivo de crecimiento medio del 6,5% para los próximos cinco años, lo primero que queda claro es que las autoridades chinas mantienen su férreo compromiso con unas elevadas tasas de mejora del PIB que, al menos hoy por hoy, muchos no se creen… Al mismo tiempo, el comunicado inicial apunta a que no […]
Dirigentes Digital
| 30 oct 2015
Con un objetivo de crecimiento medio del 6,5% para los próximos cinco años, lo primero que queda claro es que las autoridades chinas mantienen su férreo compromiso con unas elevadas tasas de mejora del PIB que, al menos hoy por hoy, muchos no se creen… Al mismo tiempo, el comunicado inicial apunta a que no vacilarán en sus ambiciones reformistas, aunque la reciente volatilidad y desconfianza parezca mostrar los contrario.
Subrayan asimismo los expertos de Renta 4 el compromiso con el impulso del "consumo interno, incentivar la empresa privada, simplificar los trámites administrativos, y hacer más eficientes las empresas estatales".
Barclays destaca que el comunicado reitera la meta de "duplicar los niveles de ingresos y PIB per capita de 2010 en 2020, sobre la base de un mayor crecimiento ‘equilibrado, inclusivo y sostenible’". Estableciendo como filosofía de desarrollo "la innovación, la coordinación, el desarrollo sostenible y la inclusión (…) En particular, la quinta sesión plenaria llamó la atención sobre la mejora del desarrollo económico-social (ampliación de la cobertura educativa, sanitaria y de pensiones, nueva política de dos hijos por pareja…) y el crecimiento ‘verde’".
Sobre el fin de la política del hijo único, que puede traer consigo entre 1,3 y 3,4 millones de nuevos nacimientos al año en los próximos cinco ejercicios, la firma cree que el impacto es "mucho menor de lo que algunos pueden suponer, ante la reducción de la población femenina en edad de procrear, la relajación parcial que ya se había producido anteriormente, y los datos que indican la menor disposición de las parejas urbanas a tener más de un vástago".
Capital Economics, por su parte, se queda con la idea de que la determinación con respecto a las reformas no se ha debilitado, "pero, al mismo tiempo, se compromete con unas tasas altas de crecimiento que parecen en desacuerdo con estos esfuerzos de reequilibrio" de la economía.
"Podría decirse que lo más importante es que las autoridades se han comprometido a acelerar el cumplimiento de los objetivos de reforma establecidos hace dos años, incluyendo la reducción de la intervención estatal en la fijación de bienes y servicios, el ajuste de las responsabilidades fiscales entre los gobiernos locales y el central, la integración de los ‘inmigrantes’ en las ciudades y la mejora del sistema de bienestar social", explican.
Así, aunque China se mueve "en la dirección correcta" en lo que respecta al ímpetu reformista, "también se confirma que el Gobierno dificulta este avance al comprometerse a sostener unas tasas de crecimiento altas". Un objetivo que, en su opinión, va a set todo un reto "pues nuestras propias estimaciones sugieren que el PIB real ya está por debajo de ese nivel". Y a medida que la economía continúe transformándose hacia un modelo más basado en el sector servicios, "será mucho más difícil sostener las ganancias de productividad rápidas que han impulsado al país en los últimos decenios".
La cuestión ahora es ¿cómo responderán las autoridades cuando el objetivo esté en peligro? Una opción es lanzar estímulos más agresivos, "pero esto sólo serviría para socavar el proceso de reequilibrio. Lo más probable es que la presión política para alcanzar la meta se traduzca en unas cifras oficiales que sigan exagerando el ritmo real de crecimiento. Aunque esto es mejor que la primera posibilidad, dará lugar a una incertidumbre continúa sobre cómo se está comportando China realmente".