Una de las principales novedades que cualquier persona habrá podido notar, en cualquier viaje a China durante 2017, es no haber necesitado ir al cajero para sacar dinero. La aplicación móvil Alipay (en mandarín, “Zhifubao”), es suficiente para pagar prácticamente cualquier bien o servicio en China. Incluso Wechat, otra aplicación móvil equivalente a Whatsapp, también […]
Dirigentes Digital
| 08 feb 2018
Una de las principales novedades que cualquier persona habrá podido notar, en cualquier viaje a China durante 2017, es no haber necesitado ir al cajero para sacar dinero. La aplicación móvil Alipay (en mandarín, “Zhifubao”), es suficiente para pagar prácticamente cualquier bien o servicio en China. Incluso Wechat, otra aplicación móvil equivalente a Whatsapp, también ofrece una opción “monedero” con la que efectuar pagos. Solamente es necesario escanear un código QR, en cualquier lugar, para abonar las cantidades. O bien, si se prefiere, generar un código para que el vendedor lo escanee. Cualquiera de las dos opciones sirve. Según datos ofrecidos por la consultora especializada Kantar Media, cada sesenta segundos en China, las transacciones realizadas desde dispositivos móviles ascienden a dos millones de euros (casi tres mil millones al día). Alipay, además, permite desde llamar a un taxi (desde otra aplicación asociada llamada “Didi”) hasta hacer la compra o pedir comida para llevar. En el caso de los taxis, u otros vehículos destinados a transportar pasajeros, cada minuto se cierran casi 56 mil pedidos. Y en ese mismo periodo tiempo, además, se suelen reservar 166 habitaciones de hotel. Esta economía digital lo que hace es incrementar notablemente la velocidad de circulación del dinero, otorgando más estabilidad al agregado monetario M2. Por el lado de los precios, además, la enorme competencia actúa sobre las tensiones inflacionistas. Lo que sube merced a esta innovación tecnológica, por tanto, es el PIB. Irving Fisher estableció hace un siglo que solamente puede haber inflación (P) si aumentan los agregados monetarios (M), al estar la economía siempre en pleno empleo (Y), con el dinero circulando a velocidad constante (V). Según esta teoría:
PY = MV
siendo V e Y siempre constantes.
Ahora bien ¿Qué podría suceder en el nuevo escenario digital chino? Sin duda, es previsible un incremento de V. Y si los precios no suben, mientras se da una política monetaria neutra, lo que resultará de esta innovación tecnológica será un incremento del PIB. Tiene sentido si se considera que, reduciendo notablemente los costes de transacción, el consumo será más fluído. Ahora bien, el crecimiento económico a largo plazo viene determinado por la inversión, que depende del ahorro. Pero el perfeccionamiento del consumo es clave para minimizar los excesos de oferta. Y la economía digital china, sin duda, es ya sinónimo de eficiencia.