La guerra comercial sino-estadounidense, es preciso aclararlo, todavía no ha comenzado. Y podría no hacerlo finalmente (al menos, en los términos planteados estos últimos meses). Sin embargo, el mundo entero observa con preocupación una escalada retórica que, de llevarse a término, provocaría un daño casi irreparable. Solamente el arancel del 45% que prometió Donald Trump, […]
Dirigentes Digital
| 28 may 2018
La guerra comercial sino-estadounidense, es preciso aclararlo, todavía no ha comenzado. Y podría no hacerlo finalmente (al menos, en los términos planteados estos últimos meses). Sin embargo, el mundo entero observa con preocupación una escalada retórica que, de llevarse a término, provocaría un daño casi irreparable. Solamente el arancel del 45% que prometió Donald Trump, mientras estaba en campaña, sería suficiente para destruir una tercera parte de los empleos manufactureros en China. El presidente estadounidense, en cualquier caso, parece haber iniciado una negociación que trasciende las relaciones comerciales de China con Estados Unidos. “Es una cuestión de hegemonía”, coinciden los analistas consultados por DIRIGENTES, “Estados Unidos no desea perder su ventaja tecnológica ni económica sobre China”. Para Estados Unidos, China no respeta la propiedad intelectual de las empresas norteamericanas, lo cual debilita paulatinamente su posición como potencia comercial global. Esta idea, no otra, parece estar detrás de todos estos movimientos. Puede leer el reportaje completo correspondiente a la edición del mes de mayo pinchando aquí.