No ha sido un verano fácil para las carteras que apostaron por la deuda de alto rendimiento. Especialmente durante los primeros días de agosto, en los que, según datos recopilados por Lipper, los inversores retiraran 7.100 millones de dólares, extendiendo las salidas a 12.600 millones si se contabilizan los datos de julio. Sin embargo, en […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2014
No ha sido un verano fácil para las carteras que apostaron por la deuda de alto rendimiento. Especialmente durante los primeros días de agosto, en los que, según datos recopilados por Lipper, los inversores retiraran 7.100 millones de dólares, extendiendo las salidas a 12.600 millones si se contabilizan los datos de julio. Sin embargo, en la semana que terminó el 20 de agosto, los fondos de inversión y cotizados que compraron este tipo de bonos atrajeron 2.200 millones de dólares.
La pregunta ahora es si este cambio en la tendencia continuará o, por el contrario, las dudas sobre estos activos de riesgos seguirán pesando en las carteras, ahora que los inversores se preparan para encarar la recta final del año. Los expertos de Henderson se muestran optimistas y consideran que la calma estival dará paso a una oportunidad de compra en las próximas semanas.
En un reciente informe sobre el sector, Chris Bullock, cogestor del Henderson Horizon Euro High Yield Bond Fund y del Henderson Horizon Global High Yield Bond Fund, explica los 6 puntos clave que llevaron a los inversores a salir en masa de este tipo de activo tras un espectacular comienzo de año que luego dio paso al pánico a una corrección en el mercado.
. Nuevas emisiones. Por segundo año consecutivo, se produjo un marcado aumento en el número de emisiones de títulos de alto rendimiento. En parte, se trata de una respuesta diferida a la sólida confianza mostrada por los inversores a principios de año, que animó a las empresas a lanzarse a los mercados, junto con emisiones que habían quedado aplazadas desde la primavera ante las preocupaciones geopolíticas. Esta abultada oferta llegaba en un momento en el que la liquidez no abundaba especialmente en los mercados y, por tanto, a los inversores se les ha atragantado.
. Flujos de inversión. Los flujos de inversión en EE UU han cambiado drásticamente: en lo que va de año, los fondos de alto rendimiento pasaron de recibir un fuerte volumen de inversión neto a sufrir ventas generalizadas en un lapso de tan sólo tres semanas durante el mes de julio. Para poner este hecho en contexto, en 20 de las 21 semanas previas a julio se habían registrado inversiones. EE UU experimentó reembolsos por un valor aproximado de 11.000 millones de dólares desde que cambió esta tendencia.
. Posicionamiento de consenso. La deuda de alto rendimiento sigue siendo una posición larga de consenso. Coincidimos en que hay muchos «turistas» en el alto rendimiento: Inversores tácticos en este tipo de bonos que buscan más rendimientos o una beta adicional. Independientemente de sus motivos, es probable que sus posiciones sean más transitorias y podrían salir de ellas con las correcciones del mercado.
. Preocupaciones sobre los tipos de interés. El mercado parece haber adelantado inquietudes sobre subidas de tipos. En nuestra opinión, este debate se ha planteado demasiado pronto, dado que no prevemos una subida en los tipos de interés de este país antes de principios a mediados de 2015.
. Factores geopolíticos. La incertidumbre generada por los acontecimientos registrados en Oriente Medio y Ucrania ha minado la confianza y ha hecho que los inversores se muestren reacios a invertir en activos con más riesgo.
. Riesgos derivados de acontecimientos inesperados. Acontecimientos relevantes como la debacle de Banco Espirito Santo (BES) han llevado a los bonistas a exigir primas de riesgo más elevadas.
Tras este profundo análisis, el gestor recuerda que "durante las rabietas por la retirada del programa de estímulos de la Fed en el verano de 2013, el volumen de inversión en deuda de alto rendimiento se tornó negativo durante un par de meses para luego retomar con rapidez el terreno positivo durante el resto del año". En este sentido, asegura que aunque las correcciones "no gustan a nadie, tienen la ventaja de crear valor en el mercado".
Desde el punto de vista de la gestora, la corrección supone una oportunidad para realizar "adquisiciones selectivas en el mercado secundario a precios bastante atractivos", como ya se está demostrando con la llegada de nuevo dinero en los últimos días.