Alejado de sus obligaciones como uno de los máximos dirigentes de Google, Larry Page está invirtiendo dinero de su propio bolsillo en el desarrollo de un coche volador. Un proyecto que ha querido mantener en secreto y que no está vinculado ni a Google ni a su matriz, Alphabet. Según ha informado Bloomberg, Larry Page […]
Dirigentes Digital
| 13 jun 2016
Alejado de sus obligaciones como uno de los máximos dirigentes de Google, Larry Page está invirtiendo dinero de su propio bolsillo en el desarrollo de un coche volador. Un proyecto que ha querido mantener en secreto y que no está vinculado ni a Google ni a su matriz, Alphabet.
Según ha informado Bloomberg, Larry Page lleva invirtiendo personalmente en Zee.Aero desde que esta naciera en 2010. Una compañía en la que ha depositado mucha confianza y dinero pero a la que desea no ser vinculado públicamente.
A pesar de sus esfuerzos para que no se le vinculase con Zee.Aero, la pequeña compañía se sitúa muy próxima a GooglePlex, instalaciones en las que reside Google, aunque lo hacen en un viejo edificio aparentemente abandonado. Debido a las sospechas que esto podría suscitar, a los 150 empleados de la compañía se les repartió una hoja con respuestas a dar en caso de posibles preguntas por parte de la prensa acerca de la compañía en la que trabajan. Además, los mismos empleados no nombraban a Page con su nombre sino bajo el apodo de Gus, ‘el hombre de arriba’.
Después de varios años de desarrollo, las operaciones de Zee.Aero se han expandido a un hangar del aeropuerto en Hollister. Allí se espera que se inicien las pruebas del coche volador en el que ha invertido Larry Page su dinero.
En la compañía están trabajando un concepto de coche volador que puede despegar y aterrizar verticalmente usando pequeños motores eléctricos que dan vuelta a las hélices de cuatro aspas. Por ahora no se conocen más detalles de su funcionamiento ni de sus prestaciones, pero aunque su máximo valedor intente mantener el proyecto en secreto las filtraciones a lo largo de los años parecen prácticamente inevitables.