Cierre de fondos. La otra cara del apetito extremo que desde hace 14 meses rodea a estos vehículos de inversión. La avalancha de dinero ha provocado que algunas gestoras no admitan nuevos partícipes de forma temporal o definitivamente. En lo que va de año, por ejemplo Bankia ha cerrado seis de sus fondos. Pero, ¿por […]
Dirigentes Digital
| 18 dic 2014
Cierre de fondos. La otra cara del apetito extremo que desde hace 14 meses rodea a estos vehículos de inversión. La avalancha de dinero ha provocado que algunas gestoras no admitan nuevos partícipes de forma temporal o definitivamente. En lo que va de año, por ejemplo Bankia ha cerrado seis de sus fondos. Pero, ¿por qué se producen estos movimientos?
Más allá de la posibilidad de que el precio de los activos se eleve artificialmente con la entrada de tanto dinero, o que los gestores piensen que la Bolsa está cara y no se atrevan a admitir más entradas para evitar "malvender" en periodos de caídas, también está la posibilidad de que el gestor encuentre dificultades para seguir generando alfa a sus clientes al tiempo que incrementan los activos manejados.
Es un conflicto de sobra conocido por la industria, y analizado en un reciente informe de MFS Investment Management, en el que explica que la diversificación del negocio con más estrategias y equipos es clave para combinar esa generación de alfa con el crecimiento de los activos.
"El crecimiento de los activos bajo gestión puede dificultar la implementación de una estrategia al imponer determinados costes e impedimentos, como por ejemplo, problemas de liquidez, costes transaccionales potencialmente mayores y necesidades crecientes de dar servicio al cliente, al tiempo que se asegura el seguimiento de la estrategia", explican desde la firma.
En este sentido, explican que la capacidad de un fondo puede manejarse de diversas formas, incluyendo el cierre del producto a nuevos suscriptores, que está diseñada para proteger los intereses de los clientes ya existentes, limitando los flujos de entrada nuevos.
En su informe, la gestora explica que hay que mirar muy de cerca todos estos aspectos, y reconoce que es muy complicado llevar a cabo esta estrategia debido a que depende de las distintas condiciones del mercado.
"Determinadas clases de activos tienen mayores problemas de capacidad que otros. Las carteras que invierten en blue chips estadounidenses tienen una capacidad mayor a la de las que invierten en small caps o mercados emergentes. Los portafolios muy concentrados en un número reducido de valores también tienen por lo general menos capacidad que los que están más diversificados, aunque todo depende de la liquidez.
Para medir la capacidad y llevar a cabo una estrategia a partir de ella, los gestores también han de tener en cuenta que las carteras con más rotación necesitan mayor liquidez, y por tanto tienen menos capacidad que el resto.