Más de uno apurará hasta el último momento en verano, intentando que el uso de este aparato no acabe disparando el recibo de la luz. ¿Cómo podemos ahorrar luz este verano sin pasar calor ni consumir más energía de la cuenta? Desde el comparador HelpMyCash.com nos dan las claves. Usa el aire acondicionado con cabeza […]
Dirigentes Digital
| 20 jul 2017
Más de uno apurará hasta el último momento en verano, intentando que el uso de este aparato no acabe disparando el recibo de la luz. ¿Cómo podemos ahorrar luz este verano sin pasar calor ni consumir más energía de la cuenta? Desde el comparador HelpMyCash.com nos dan las claves. Usa el aire acondicionado con cabeza Si hay un electrodoméstico que coge protagonismo durante estas fechas es el aire acondicionado. Las olas de calor que estamos sufriendo este verano están provocando que su utilización sea más alta de lo esperado. Por este motivo, más de un consumidor ya está sudando al pensar en el próximo recibo eléctrico. No obstante, los expertos de HelpMyCash.com aseguran que haciendo un uso responsable de este aparato podremos aclimatar la casa sin que las facturas se vean muy afectadas. Pero ¿qué es un uso responsable? En primer lugar, es importante que nos aseguremos de que los filtros estén limpios. Esta revisión se debe hacer cada año, ya que forma parte de las tareas de mantenimiento que hay que realizar para que el aparato funcione correctamente. Cuanto más polvo tiene el filtro, más energía debe gastar para enfriar las estancias. En segundo lugar, debemos ser cautos con la temperatura a la que ponemos el aparato. Si bien es cierto que con estas olas de calor la idea de ponernos bajo el chorro de aire frío se nos antoja atractiva, es un error para nuestro bolsillo y para nuestra salud. En este aspecto, debemos mantenernos firmes y no regular la temperatura por debajo de los 24 grados, ya que por cada grado que la bajemos, nuestra factura se incrementa hasta un 8 %. Finalmente, contar con un termostato nos ayudará a controlar la factura de luz a la par que nuestra casa se enfría. Hoy en día, existen diversos modelos que nos permiten controlar la temperatura del aire acondicionado a distancia, así que podemos hacer que se encienda antes de que lleguemos a casa. De esta forma, evitaremos caer en la tentación de poner temperaturas mucho más bajas y forzar el motor, por no mentar que notaremos el contraste mucho más rápido que si tenemos que esperar a que las habitaciones cojan temperatura. Que la tarifa te acompañe Otro aspecto vital para usar correctamente el aparato es asegurarnos de que la tarifa de luz que tenemos va acorde a nuestra intención de ahorrar. Si bien es cierto que cada vez son más los usuarios que se animan a cambiar de compañía en busca de mejores ofertas, aún existe cierta pasividad en este mercado. Para comprobar si nuestra tarifa es la más adecuada, solo debemos acudir a un comparador como el de HelpMyCash.com y contrastar los precios que nos están aplicando en nuestras facturas con las que se están ofreciendo actualmente. Además, no hay que perder de vista la potencia contratada. Aunque al tener aire acondicionado necesitaremos una potencia un poco más alta (4,6 kW de media), no seríamos los primeros en contratar más de la cuenta. Si tenemos en cuenta que la diferencia entre los diferentes escalones (por ejemplo, de 5,75 kW a 4,6 kW) es de unos 40 euros al año, este es un buen momento para ver si la tenemos bien ajustada o estamos pagando de más. Baja la temperatura sin gastar un euro Ahora bien, no hace falta tener un aparato de aire acondicionado para rebajar unos grados nuestra casa. Durante décadas, hemos podido soportar las altas temperaturas estivales sin recurrir a dicho electrodoméstico, por lo que si aplicamos los consejos “de toda la vida”, no necesitaremos que el aire acondicionado funcione durante tanto rato. Hablamos, por ejemplo, de bajar las persianas y cerrar las ventanas durante el día. Con este simple gesto evitaremos que entre el aire caliente y aumente la temperatura de la habitación. También es interesante evitar dejar aparatos en stand-by, como televisores u ordenadores, ya que generan calor. Y si el peor momento del día lo pasamos durante las horas nocturnas, podemos evitar utilizar este aparato si refrescamos previamente las sábanas. El truco es tan sencillo como meter la ropa de cama dentro de una bolsa de plástico y dejarla un rato en la nevera. Por no hablar de decantarnos por cenas más ligeras y frescas, como ensaladas y gazpachos. En definitiva, si somos avispados, podemos conseguir estar más frescos en casa sin llevarnos un buen susto en la próxima factura de la luz.