El emprendimiento se ha instalado en España y prueba de ello son las cifras. En 2014 se crearon 94.152 empresas, la mayor cifra en 6 años, según datos de Instituto Nacional de Estadística (INE). Una vez que se funda la compañía y se pasa el periodo de emprendimiento y consolidación de la empresa llega el […]
Dirigentes Digital
| 10 jun 2015
El emprendimiento se ha instalado en España y prueba de ello son las cifras. En 2014 se crearon 94.152 empresas, la mayor cifra en 6 años, según datos de Instituto Nacional de Estadística (INE). Una vez que se funda la compañía y se pasa el periodo de emprendimiento y consolidación de la empresa llega el momento de decidir si queremos quedarnos como una pequeña empresa que funciona bien o queremos subir un peldaño y convertirnos en una empresa mediana.
Se considera una empresa mediana aquella que tiene entre 50 y 250 trabajadores y factura entre 10 y 50 millones de euros anuales según la legislación de la Unión Europea. Tomás Santoro y Alfredo Nicolás, dos emprendedores españoles que ya han puesto en marcha varias empresas y actualmente empiezan nuevo proyecto con SumaCRM.com, defienden que la clave del éxito es ‘vender, vender y vender’ pero para conseguirlo y así dar el salto hay que tener en cuenta 5 imprescindibles:
1. Tener un director comercial con años y probada experiencia en equipos comerciales. "Para vender lo más importante es el área comercial de la empresa pero no por tener más comerciales vamos a crecer más, es muy importante que este equipo esté bien dirigido y debemos contar con un director comercial experimentado", afirma Santoro.
2. Contar con un sistema de reclutamiento y formación de comerciales. Nicolás defiende que "una vez que contamos con un líder, necesitamos un equipo fuerte y formado que pueda llevar a cabo el trabajo y ceñirse a la estrategia comercial para conseguir los objetivos. La idea es empezar montando un equipo hasta que 4 personas estén haciendo objetivos y cuando los hagan, dividirlo en 2 equipos y meter a 4 comerciales, nuevos, 2 en cada equipo y así continuamente".
3. Hacerse con una herramienta de gestión y organización adecuada para los trabajadores. Cuanto más empleados y clientes más se complica la comunicación entre ellos, contar con una herramienta para que lleguen las tareas y no se pierda nada en el camino es causa directa del éxito.
4. Que el fundador no sea imprescindible en ningún área. Santoro asegura que "es bastante habitual que los fundadores y emprendedores acabemos haciendo cuello de botella. Queremos supervisar muchas partes de la empresa y eso cuando se crece a un determinado ritmo es imposible y solo sirve para retrasar el trabajo".
5. Medir la rentabilidad de todos y cada uno de los clientes y sólo trabajar con clientes que sean rentables. "En ocasiones le tomamos aprecio a algunos clientes porque fueron los primeros o porque nos gustan sus proyectos o nos proporciona buen feeling, sin embargo, esto no hará crecer a nuestra empresa. Tenemos que fijarnos en la rentabilidad y en el potencial, si no son rentables es mejor dejar de trabajar con ellos", explica Nicolás.