El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba con fuerza sus previsiones sobre el país del sol naciente en su informe de primavera. Espera un crecimiento del 0,5% este año, medio punto porcentual menos que en enero, y una contracción del 0,1% para 2017. Al mismo tiempo, la desconfianza del mercado es patente: fuertes ventas de acciones […]
Dirigentes Digital
| 13 may 2016
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba con fuerza sus previsiones sobre el país del sol naciente en su informe de primavera. Espera un crecimiento del 0,5% este año, medio punto porcentual menos que en enero, y una contracción del 0,1% para 2017. Al mismo tiempo, la desconfianza del mercado es patente: fuertes ventas de acciones por parte de los inversores extranjeros, posicionamiento largo especulativo en yenes en máximos de varios años y expectativas de inflación de nuevo en cero.
En este espejo se miran Estados Unidos, Europa y China, con repuntes del PIB que tampoco convencen, recuperaciones tambaleantes y precios en claro descenso, con y sin petróleo…
Allan Conway, responsable de renta variable emergente de Schroders, señala que el patrón de crecimiento norteamericano y de la Zona Euro de la última década "es algo diferente al de Japón, con una caída y una recuperación posterior más pronunciadas". Pero, añade, esta última región "parece estar descendiendo a niveles más bajos que la economía nipona en los 90". Mientras, apunta, "China ha ido desacelerándose gradual y continuamente".
Con todo, si lo ocurrido en Japón sirve como modelo "entonces la recuperación en Estados Unidos y Europa se dará la vuelta y el crecimiento tendrá que ‘luchar’ para recuperarse".
Por otra parte, en lo que respecta a los precios, Conway indica que en los 90, tras su propia crisis, la economía nipona se instaló en la deflación, mientras que Estados Unidos y la Zona Euro parecen haberse estabilizado, en números bajos, pero positivos. China, por el contrario, parece mostrar una tendencia más "preocupante", pues el deflactor no deja de caer y no hay signos de estabilidad alguna.
Así las cosas, ¿cómo pueden estas economías evitar seguir los pasos de Japón? Estados Unidos es que más lejos se encuentra de repetir el caso nipón: "El mercado laboral es flexible y los bancos funcionales. Si la amenaza crece, el Gobierno puede considerar el uso de medidas fiscales como la condicionación de la deuda, por ejemplo, préstamos estudiantiles", señala este experto.
En la Zona Euro, Alemania tiene la llave para evitar lo peor, indica, pues su posición fiscal es sólida y no está invirtiendo lo suficiente en infraestructuras públicas; mientras, las restricciones fiscales obstaculizan los esfuerzos de Italia para limpiar y recapitalizar la banca. "Si la política fiscal retiene la demanda y las reformas estructurales, entonces es demasiado estricta. La pregunta es si el marco político e institucional de la Zona Euro permitirán un cambio y aceptar fiscalidades más expansivas", plantea.
Finalmente, China "sufre un exceso de capacidad en algunas industrias que está impulsando las presiones deflacionarias", para atajar este problema hay que abordar dicho exceso de capacidad, así como implementar más flexibilización monetaria. "Algo complicado, pues conllevaría un yen más débil, lo que es políticamente difícil", concluye.