El verano ha llegado y nuestras cabezas están pensando más en las vacaciones que en el trabajo diario. El calor producido por la subida de las temperaturas y el cansancio que origina disminuyen la productividad hasta en un 20%, según últimos estudios. ¿Qué hacer entonces para no perder el ritmo de producción en esta época […]
Dirigentes Digital
| 28 jun 2017
El verano ha llegado y nuestras cabezas están pensando más en las vacaciones que en el trabajo diario. El calor producido por la subida de las temperaturas y el cansancio que origina disminuyen la productividad hasta en un 20%, según últimos estudios. ¿Qué hacer entonces para no perder el ritmo de producción en esta época estival? “Cuanto más eficiente sea cada día en la oficina, estudio o sitio de trabajo, más fácil y más gratificante será alejarse cuando llegue el momento. Todo se puede reconducir tan sólo aplicando ciertos hábitos”, explica Tomás Santoro, CEO de SumaCRM, que propone siete consejos para que la productividad no caiga este julio y agosto: 1. Establecer la jornada intensiva: este tipo de horario permite un menor desgaste físico y psicológico. Una jornada reducida permite dedicar el resto del día a actividades personales, familiares, de ocio, deportivas, etc. lo que facilita la desconexión y disminuye el estrés, gran enemigo de la productividad. 2. Completar una tarea importante cada día a primera hora: una buena idea es poner acciones con metas para cumplir los objetivos. Al igual que tenemos planificadas las vacaciones y los días libres, es importante que a primera hora de la mañana y antes de revisar el correo o leer las noticias se complete la tarea más importante de la jornada. Una investigación muestra que el progreso genera más motivación que cualquier otra cosa. 3. Adaptar la agenda al calendario estival: los meses de verano implican que las personas toman más tiempo libre y gestionan sus reuniones o llamadas en función a ello. Cuando necesite la ayuda o la implicación de alguien para avanzar en un proyecto o tarea, establezca en su organización uno o dos días de margen de respuesta para evitar la frustración por si esa persona no está disponible en esa fecha. Así evitará quemar sus ganas de avanzar y su motivación. Por otro lado, es importante comunicar los planes a los compañeros para que las tareas no se acumulen cuando llegue la hora de disfrutar del merecido descanso. 4. Priorizar la lista de tareas y lucha contra la procastinación: Tim Pychyl, profesor de psicología y autor de ‘Solving the Procrastination Puzzle’, asegura que reconocer que “una tarea desagradable o difícil no se hará mágicamente más agradable mañana”, lo que debería motivarnos a hacerlo ahora. Establezca una lista de prioridades y recuerde que lo que ponga en la parte inferior es menos importante. 5. Haga una lista con las tareas ‘robatiempo’: revisamos nuestro teléfono hasta 150 veces al día y miramos nuestro correo otro tanto. Eso implica mucho tiempo que desperdiciamos y no estamos trabajando. Por ello, es necesario que lo incluya en su programación. Cuando actuamos de una forma más racional, podremos controlar la mayoría de los impulsos ahorrando tiempo. 6. Aprovechar para organizar el lugar de trabajo: la bajada de volumen de trabajo en verano es una oportunidad para clasificar los papeles que inundan el escritorio, la bandeja de entrada del correo y hasta los documentos que almacenamos en el servidor. Establecer un orden y trabajar de forma cómoda sin distracciones es posible creando un ambiente positivo. 7. Haga planes en equipo: una caña o unas tapas el viernes puede ser exactamente lo que el equipo necesite para desconectar en estas fechas. Una cita informal como ésta puede aportar una motivación extra para acabar la semana y afrontar la próxima con energía.