En un ejercicio de pregunta-respuesta elaborado por Fidelity Worldwide Investments, Siddle apunta al petróleo, a los movimientos de los bancos centrales y, sobre todo, a los imprevistos políticos como principales riesgos a tener en cuenta antes de decidir una estrategia de inversión. "Cabe pensar que los precios del petróleo no van a rebotar a corto […]
Dirigentes Digital
| 22 ene 2015
En un ejercicio de pregunta-respuesta elaborado por Fidelity Worldwide Investments, Siddle apunta al petróleo, a los movimientos de los bancos centrales y, sobre todo, a los imprevistos políticos como principales riesgos a tener en cuenta antes de decidir una estrategia de inversión.
"Cabe pensar que los precios del petróleo no van a rebotar a corto plazo, ya que se tardará tiempo en solucionar el problema del exceso de oferta, pero espero que los precios reboten desde los niveles actuales", explica. El gestor apunta que los parámetros económicos de los nuevos proyectos, necesarios para satisfacer la demanda, no son viables a estos niveles.
Lejos de sobreponderar la exposición en cartera del petróleo, Siddle intenta "optimizar las oportunidades de selección de valores que se derivan de la volatilidad actual de los precios". Y recuerda que los valores del sector energético cotizan a sus niveles relativos de valoración más bajos por precio-valor en libros desde 1920, "y cerca de sus máximos históricos de rentabilidad relativa por flujo de caja libre bruto desde al menos la década de 1950, unos niveles desde los que históricamente han terminado batiendo al mercado".
Respecto a los bancos centrales, y a la espera de que el BCE anuncie el esperado programa de quantitative easing, el gestor mira a EEUU, recordando que el impacto de los precios del crudo en la inflación puede retrasar la decisión de la Reserva Federal (Fed) de la primera subida de tipos.
Sin frentes abiertos que alimenten el nerviosismo del mercado en este sentido, Siddle apunta a varios factores que podrían resultar beneficiosos para apostar por las empresas europeas este año. "La caída del euro frente al dólar y el yuan debería ayudar a muchas exportadoras, mientras que los grupos europeos con negocios en EEUU deberían ver cómo la fortaleza del dólar impulsa sus ingresos", asegura, recordando que casi el 20% de los ingresos de las empresas de Europa continental se generan en la primera potencia mundial.
Así, el gestor señala como riesgo principal para Europa un único factor: el político, con las elecciones griegas del próximo fin de semana "con efectos potenciales más significativos en España". En este sentido, el fondo que gestiona sigue infraponderado en los bancos y mercados de la periferia europea.
Estilo de gestión
En este entorno, el experto apuesta por estrategias a largo plazo, basadas n en la compra de empresas de calidad a precios atractivos, incluso cuando el mercado llevó a los valores denominados "de recuperación" a cotizar con múltiplos elevados durante el primer trimestre, lo que dio al fondo la oportunidad de conseguir sólidas rentabilidades relativas a partir del mes de abril. "Este mejor comportamiento relativo es atribuible a los negocios sólidos, que demostraron la fortaleza de sus fundamentales, y muchas de las acciones que habían brillado durante el primer trimestre cayeron cuando el ritmo del rebote decepcionó a los que habían apostado por él sin reservas", explica.
El gestor recuerda cómo las correcciones de agosto y octubre le dieron la oportunidad de encontrar "más ideas cíclicas que se habían visto injustamente penalizadas por el acusado descenso del petróleo en el cuarto trimestre". Durante ese periodo, el fondo superó al mercado, ya que, a pesar de estar sobreponderado en energía, no tenía en cartera empresas propietarias de campos petrolíferos y sus mayores sobreponderaciones estaban en consumo discrecional, donde las acciones se beneficiaron del abaratamiento del crudo (Europa continental importa aún más petróleo que EEUU).