La supervivencia de Abengoa pasa por reducir la elevada deuda, que supera los 9.000 millones de euros. La compañía ha planteado a los acreedores canje por acciones o una asumir quitas, para reducir el endeudamiento a 3.000 millones. La prioridad de bonistas y banca acreedora es entrar en el capital de la compañía, una vez […]
Dirigentes Digital
| 07 mar 2016
La supervivencia de Abengoa pasa por reducir la elevada deuda, que supera los 9.000 millones de euros. La compañía ha planteado a los acreedores canje por acciones o una asumir quitas, para reducir el endeudamiento a 3.000 millones. La prioridad de bonistas y banca acreedora es entrar en el capital de la compañía, una vez que han conseguido que la familia Benjumea desista de su empeño de tener un paquete accionarial importante en la nueva Abengoa.
Benjumea y el resto de familias fundadoras pretendían mantener un 30% ha cambiado de renunciar a los derechos políticos. La semana pasada renunciaron a la pretensión ante la amenaza de los acreedores de abocar a la compañía al concurso de acreedores. Desde el principio, la banca ha querido apartar de forma definitiva a Benjumea. Le obligaron a renunciar a la presidencia para iniciar las negociaciones y ahora han condenado a Inversión Corporativa, la sociedad a través de la que los fundadores mantienen el 50%, a reducir su presencia a alrededor de un 5%.
Fuentes consultadas informan que todavía no está definido el nuevo reparto accionarial, pero en los informes presentados por KPMG, que coordina la negoción, plantean distintas fórmulas. Teniendo en cuenta la titularidad de la deuda, los bonistas son los primeros acreedores con el 55% de la deuda. De este grupo forman parte fondos como BlackRock, Centerbridge, Invesco, Värde, Sophic y DE Shaw, además de fondos de pensiones y aseguradoras. El reparto hace difícil pensar que tengan una presidencia como principales accionistas, pero algunas entidades pueden tener la suficiente para tener voz y voto en el consejo. Los principales accionistas serán la banca acreedoras con un 40% de la deuda.Santander, con una deuda de 125 millones de euros, debería asumir el rol de uno de los principales accionistas. La posibilidad de asociar las participaciones tras la posible conversión, puede hacer que la banca acreedora, organizadas en el G7, tenga un participación mayoritaria por encima de la de los bonistas con intereses más opuestos, como sucedió en Pescanova.