Las cláusulas suelo aparecieron en 1997. En plena burbuja inmobiliaria, los bancos comenzaron a comercializar hipotecas con estas cláusulas que incluían un porcentaje mínimo a pagar. De esta forma, se aseguraban un ingreso fijo, aunque el Euríbor (el índice de referencia de la mayoría de hipotecas en España) comenzara a bajar. Con el paso de los años, gracias a la […]
Dirigentes Digital
| 21 dic 2016
Las cláusulas suelo aparecieron en 1997. En plena burbuja inmobiliaria, los bancos comenzaron a comercializar hipotecas con estas cláusulas que incluían un porcentaje mínimo a pagar. De esta forma, se aseguraban un ingreso fijo, aunque el Euríbor (el índice de referencia de la mayoría de hipotecas en España) comenzara a bajar. Con el paso de los años, gracias a la cláusula suelo, los afectados han pagado como media 2.400 euros de más cada año, según VAbogados. En 2008, el Banco Central Europeo se vio obligado a intervenir en el precio del dinero con bajadas de tipos. Desde octubre de ese año no ha parado de bajar el tipo oficial del euro desde el 4,25% hasta prácticamente el cero. Esta decisión tenía una relación directa con la evolución del Euribor, el índice de referencia de tipo de interés de la mayoría de hipotecas en nuestro país, cayendo al mismo ritmo y abaratando los préstamos hipotecarios en las revisiones en cientos de euros. Miles de ciudadanos se frotaban las manos esperando a que le llegara la hora de revisar sus hipotecas, pero la sorpresa llegaba cuando descubrían que la letra no se reducía como debiera derivarse de la caída del Euribor. Sus contratos hipotecarios establecían una cláusula que impedía que el tipo de referencia bajara de un mínimo. La mayoría de hipotecas afectadas por la cláusulas suelo establecía ese tope entre el 3% y el 3,5%. El escándalo se destapaba a finales de 2009, cuando el BCE seguía bajando el precio del dinero y presionaba a la baja al Euribor. Según ha ido avanzando la crisis ha ido dejando miles y miles de afectados. La magnitud del mismo es comparable a la de las ventas de preferentes. La asociación en defensa a los afectados por esta cláusula, Adicae, establece que hay dos millones de personas afectadas en España. Los consumidores denunciaban que cada familia perjudicada puede pagar entre los 2.155 y los 4.276 euros al año por no beneficiarse de la caída de tipos para hipotecas de entre 150.000 y 250.000 euros. BBVA fue el primer banco implicado en este asunto. Concretamente, el Tribunal Supremo emitió una sentencia en contra del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria en mayo del 2013 que dio el pistoletazo de salida para el resto de sanciones. La segunda sentencia firme del Tribunal Supremo fue a Caja Segovia (Bankia), un años después. Pese a que los fallos del Alto Tribunal afectaron sólo a las empresas implicadas, provocaron un aluvión de reclamaciones. La brecha entre bancos y clientes, terminó saltando del ámbito judicial al autonómico. El Principado de Asturias había impuesto, a principios de año, 150 sanciones firmes por un importe global de 1,2 millones de euros a cinco bancos, a razón de 8.000 euros por cada contrato hipotecario en el que no han retirado la cláusula suelo. En octubre de 2015, la Comisión Europea se posicionó a favor de que los damnificados y pidió a las entidades que les devolvieran todo lo que se les ha cobrado de más. Antes de que se conociera el fallo del Tribunal europeo, el abogado general en el TJUE para este caso, Paolo Mengozzi, se puso durante el juicio del lado de la banca y defendió la irretroactividad de la nulidad. Tras varios años de lucha por parte de los afectados, el fallo del Tribunal de la Unión Europeo es histórico, aunque la justicia española ya había reconocido que estas prácticas debían ser canceladas. En una sentencia del Supremo, el alto tribunal español reconoció la nulidad de las cláusulas suelo. Este criterio fue confirmado en abril de este año y ampliado a cualquier hipoteca que dispusiera de estas condiciones contractuales. Sin embargo, los efectos de la nulidad de las cláusulas suelo tan sólo llegaban hasta mayo de 2013, cuando el Supremo emitió su sentencia. Lo que estaba en juego en el TJUE era la ampliación de la retroactividad hasta el momento en que los afectados firmaron su hipoteca.