Como un dominó: "En los últimos meses, la caída del crudo puede haber contribuido a presionar a la baja las expectativas de inflación, lo que afecta directamente a los tipos de interés globales. Este hundimiento conjunto de petróleo y tipos se ha propagado a su vez a la industria energética y financiera y puede explicar […]
Dirigentes Digital
| 23 feb 2016
Como un dominó: "En los últimos meses, la caída del crudo puede haber contribuido a presionar a la baja las expectativas de inflación, lo que afecta directamente a los tipos de interés globales. Este hundimiento conjunto de petróleo y tipos se ha propagado a su vez a la industria energética y financiera y puede explicar cerca de un 62% de las pérdidas de 4,6 billones de dólares sufridas por las Bolsas mundiales desde julio de 2014", explica Bank of America Merrill Lynch.
Del mismo modo, añaden, "el valor de la deuda corporativa del sector energético norteamericano se ha hundido en 170.000 millones, en gran parte debido al salto de las rentabilidades". Y, continúan, "los daños se han extendido a los bonos soberanos, con Venezuela a la cabeza, seguida de Brasil, Colombia y Rusia".
Y las cifras de la sangría del "oro negro" no acaban aquí: "En la actualidad, los 25 mayores productores de crudo de Estados Unidos, que aglutinan una producción de 4,1 millones de barriles al día, se enfrentan a un riesgo implícito de default del 27%. Mientras tanto, el riesgo de los CDS ponderado al sector energético está ahora por encima de los niveles de 2009".
Con todos estos números sobre la mesa, la firma se pregunta: "¿Estamos a punto de asistir a una recesión global?" Si echamos un vistazo al pasado, vemos que la crisis financiera global se produjo como resultado del crecimiento excesivo del crédito en el sector inmobiliario, combinado con un repunte de los precios del petróleo hasta los 147 dólares por barril.
"La deuda inmobiliaria de Estados Unidos alcanzó los 13 billones de dólares en 2008, los defaults superaron el 10% ese número y las pérdidas se aproximaron a los 750.000 millones. Hoy en día, la mayor parte de las pérdidas de la industria energética han llegado en forma de menor valoración bursátil (…) Teniendo en cuenta los niveles más bajos de apalancamiento, creemos que el credit crunch del sector se sentirá en la producción en sí. Dicho de otro modo, la caída de la oferta se ha descontado, los precios más altos no", explican estos expertos.
Así, consideran que "no causará una recesión global". Es más, auguran que "la congelación de la producción de la OPEP, junto a unos precios más asequibles de la gasolina, deberían impulsar al crudo de vuelta a los 47 dólares antes de junio". Pues, además, los indicadores técnicos sugieren una consolidación de los precios.
David Lafferty, estratega jefe de mercados en Natixis Global Asset Management, cree que las valoraciones deberían rebotar hacia niveles entre los 45 y los 65 dólares por barril como nuevo equilibrio, "pero llevará entre seis y 18 meses conseguirlo".
En este sentido, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, añade: "Crudo, China… en general algunos detonantes de la caída de los mercados desde el verano pasado comienzan a ofrecer indicios de suelo. Otros, la banca desarrollada, me temo que puede estar bajo cuestión bajo un doble escenario de condiciones financieras muy laxas y crecientes dudas sobre la evolución económica. Y con pocas esperanzas, si acaso lo contrario, de una mayor flexibilidad en la regulación".
Se reconocen este analista como "relativamente optimista", aunque reconoce que este es un año de "consolidación entre rangos muy abiertos. Algunos lo podrían considerar como rallys agresivos en una tendencia bajista. Otros, enorme volatilidad sobre un suelo que comienza a formarse (…) Sean prudentes, siempre; pero que la incertidumbre no les impida ver oportunidades de inversión", aconseja.