En el momento de iniciar una actividad, muchos emprendedores toman la decisión de contratar los servicios de una gestoría. Esto es algo positivo, porque ese servicio se va a encargar de resolver trámites burocráticos y de cumplir con las obligaciones fiscales, ayudando al empresario a disponer de más tiempo para dedicarse a su trabajo. Sin […]
Dirigentes Digital
| 08 nov 2016
En el momento de iniciar una actividad, muchos emprendedores toman la decisión de contratar los servicios de una gestoría. Esto es algo positivo, porque ese servicio se va a encargar de resolver trámites burocráticos y de cumplir con las obligaciones fiscales, ayudando al empresario a disponer de más tiempo para dedicarse a su trabajo. Sin embargo, la información que puede proporcionar la gestoría en ningún caso resulta suficiente para conseguir unas cuentas saneadas y disponer de una visibilidad global sobre la situación de las distintas áreas que conforman la compañía, opinan desde la compañía Datisa. Isabel Pomar, directora comercial y de marketing de Datisa, dice que “es necesario comenzar a entender la contabilidad como una herramienta que ayudará al empresario a comprender mejor el funcionamiento de su negocio. Esto es así porque sólo en la contabilidad puede hallarse toda la información económica relativa a la empresa, no solamente los datos sobre compras y ventas, sino también sobre todos los aspectos que puede ser preciso controlar a la hora de tomar las decisiones correctas, tales como nóminas, gastos de publicidad, rentings, etc.” Un buen programa contable, además, -asegura Pomar- será capaz de ofrecer la información desde distintos ángulos, a fin de poder disponer de un cuadro completo sobre todo lo que está pasando en la empresa. Un paso más allá se encuentra la contabilidad analítica. En determinadas empresas, dependiendo de su tamaño o su naturaleza, puede ser necesario identificar centros de coste concretos en función de las distintas líneas de negocio existentes. En estos casos, un sistema de contabilidad analítica va a ser capaz de diferenciar los gastos e ingresos que afectan a cada línea de negocio durante un determinado periodo de tiempo para, de esta forma, obtener la rentabilidad de cada una de ellas. Esto va a proporcionar una información exhaustiva sobre, por ejemplo, los costes de personal en cada uno de los departamentos de la compañía, amortizaciones de maquinaria, costes de marketing, etc. Toda esta información, desglosada por áreas de negocio, no va a dejar ninguna pregunta sin respuesta y va a resultar fundamental a la hora de entender la evolución de la empresa, generar estrategias y tomar las decisiones más acertadas, es decir, va a resultar clave para el éxito o el fracaso de la actividad. “Afortunadamente, cada vez más pymes son conscientes de que la mayor parte de las decisiones empresariales deben medirse en términos financieros y, por tanto, de la relevancia del análisis de la información financiera como elemento clave a la hora de asegurar un crecimiento estable y sostenible”, concluye.