Amnistía Internacional (AI) ha presentado en la capital surcoreana, Seúl, su informe "Conexión denegada: restricciones a los teléfonos móviles y la información del exterior en Corea del Norte". En él, denuncia el control total que ejerce el Gobierno del país vecino sobre las telecomunicaciones, así como las violaciones sobre los derechos humanos que se derivan […]
Dirigentes Digital
| 09 mar 2016
Amnistía Internacional (AI) ha presentado en la capital surcoreana, Seúl, su informe "Conexión denegada: restricciones a los teléfonos móviles y la información del exterior en Corea del Norte". En él, denuncia el control total que ejerce el Gobierno del país vecino sobre las telecomunicaciones, así como las violaciones sobre los derechos humanos que se derivan de esta situación.
La denuncia no llama la atención teniendo en cuenta las continuas violaciones de los derechos humanos que se producen en el país. Sin embargo, si lo hace el incipiente mercado que surge del contrabando por ejemplo, de teléfonos o llamadas que los coreanos ‘compran’ para poder comunicarse con familiares que viven en el extranjero. Así, "los norcoreanos con familiares en el extranjero solo pueden hablar con ellos con móviles de contrabando chinos y en zonas fronterizas, lo cual no está al alcance de la mayoría de la población", afirmó el investigador de AI. Incluso quienes tienen ese privilegio, hablar con un pariente durante unos minutos puede costar hasta 200 dólares según AI, se enfrentan a fuertes castigos si las autoridades norcoreanas pinchan la conversación y descubren al culpable, aseguró.
"Hablar con un familiar que ha huido a Corea del Sur es considerado un delito de espionaje o incluso traición, y se paga con la reclusión en un campo de trabajos forzados", explicó Fang, investigador de AI, según medios locales. Según Amnistía Internacional, lo que también puede conllevar una condena a trabajos forzosos es sintonizar una emisora de televisión extranjera o ver un DVD de Corea del Sur. Para controlar que todo esto no ocurra, Kim Jong-un, jefe de estado norcoreano, tiene en cada comunidad de vecinos, una persona encargada de denunciar a las autoridades estos delitos.