El petróleo como epicentro del mercado bajista. Un escenario que resulta contradictorio con anteriores periodos de volatilidad, en los que la caída de los precios del crudo suponían un auténtico salvavidas para los mercados desarrollados. Así, sorprende la correlación actual, con subidas impulsando el apetito por el riesgo, mientras que la caída en los precios […]
Dirigentes Digital
| 05 feb 2016
El petróleo como epicentro del mercado bajista. Un escenario que resulta contradictorio con anteriores periodos de volatilidad, en los que la caída de los precios del crudo suponían un auténtico salvavidas para los mercados desarrollados. Así, sorprende la correlación actual, con subidas impulsando el apetito por el riesgo, mientras que la caída en los precios de oro negro provocan ventas en los mismos. El estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, encuentra los siguientes argumentos (excusas más bien) para esta relación: fondos soberanos que venden activos y el mercado lo anticipa; mayor presión sobre las economías y mercados emergentes; y desinflacionista en las desarrolladas.
"Pero, en mi opinión, esta relación es como otras muchas que hay en mercados rotos. Correlaciones que muestran escasa profundidad y mucha confusión entre los inversores. El martes los volúmenes negociados fueron un 20% menores que el promedio reciente", advierte.
Charles de Quinsonas, co-gestor del fondo M&G Emerging Markets Bond, explica que "las divisas y las materias primas (ex. petróleo) actúan como canales de contagio, tirando de los precios de los activos de los mercados emergentes hacia abajo, y complicando las decisiones de inversión de cara al año que acaba de comenzar".
"Estamos llegando a un punto en el que los efectos negativos de un precio del petróleo tan barato superan los positivos", indica Roberto Ruiz-Scholtes desde UBS. "Los precios actuales ponen en riesgo la viabilidad financiera de las petroleras, sobre todo las de menor calidad crediticia o las que más están ligadas al fracking, y eso ha disparado los diferenciales crediticios en EEUU, especialmente en el segmento high yield, que al ser una clase de activo que se mueve a través de fondos y certificados, cuando los inversores se preocupan acaban vendiendo todo", indica.
Y es cierto. La caída del precio ha deteriorado, y mucho, la solvencia del sector, y algunas voces alertan ya de la posibilidad de quiebras en algunas compañías. De hecho, S&P ha situado en su punto de mira la calificación del sector en Europa. Desde Bankinter señalan que "la compañía que más puede verse afectada es Repsol, que perdería el grado de inversión con el consiguiente incremento de los costes de financiación".
"No habrá quiebras de petroleras integradas, salvo en alguna pequeña de fracking estadunidense", asegura el economista Daniel Lacalle. A su juicio, las compañías tienen suficientes ases en la manga para evitar estas situaciones, como la reducción de inversiones, la venta de activos y, sobre todo, un cambio en los modelos de retribución al accionista que no se puede hacer dejar esperar. "Las políticas de dividendo de las petroleras están obsoletas y deben desaparecer", insiste el experto.
El miedo al impago de las petroleras también ha tenido cierto impacto contagio sobre el sector bancario, acreedores de estas compañías que han visto su capitalización dinamitada en las últimas semanas.
La sangría en fondos soberanos y gestoras
Los fondos soberanos, grandes creadores de mercado, también están sufriendo con la caída del crudo. Y, por lo tanto, la renta variable también sufre la huida de estos inversores. Según datos de ETF Securities, el 80% de los ingresos gubernamentales de Arabia Saudí están ligados al crudo. Y el país, como otras grandes productoras, han recurrido a sus fondos soberanos para resistir el envite del petróleo. En concreto, el fondo soberano de Arabia Saudí, el cuarto mayor del mundo, ha sacado cerca de 70.000 millones de gestores externos en lo que va de año para respaldar su economía.
Y esta tendencia suma y sigue. Según datos de eVestment, recogidos por Financial Times, los fondos soberanos del Golfo habrían sacado 19.000 millones de dólares de los gestores de activos durante el tercer trimestre, el ritmo más rápido desde que hay registros. Pero, el nivel de salidas podría ser aún mayor, pues algunas firmas, como el gigante BlackRock no desglosan sus negocios con los fondos soberanos. Con todo, Morgan Stanley calcula que sufrió reembolsos de instituciones gubernamentales por importe de 31.000 millones durante el segundo y el tercer trimestre. De hecho, en total la firma cree que si el ritmo de reembolsos por parte de los fondos soberanos continúa, los gestores de activos podrían ver reducido su beneficio por acción (BPA) en un 4,1%.