Y es que, tal y como explican desde Moody’s Capital Markets Research, la última ampliación del spreads de la deuda high yield ha derivado, como no podía ser de otra forma, en que los banqueros sean más exigentes a la hora de prestar a las empresas. Así, a medida que los requisitos para recibir crédito […]
Dirigentes Digital
| 05 feb 2016
Y es que, tal y como explican desde Moody’s Capital Markets Research, la última ampliación del spreads de la deuda high yield ha derivado, como no podía ser de otra forma, en que los banqueros sean más exigentes a la hora de prestar a las empresas. Así, a medida que los requisitos para recibir crédito se endurecen, ante la percepción una pérdida de calidad del crédito existente, el menor acceso a fondos aumentará las posibilidades de default…
De momento, la encuesta trimestral sobre el crédito senior de la banca apunta a que el porcentaje de entidades que ha endurecido sus normas de préstamo ha aumentado de -2,6 puntos porcentuales a +8,2 puntos, al mismo tiempo que el ensanchamiento de los diferenciales ha escalado de -34,8 puntos a -16,7.
"El actual enfoque ‘menos generoso’ de la banca hacia los préstamos empresariales complementa la noción de un ciclo de crédito ‘pasado de moda’. Mientras los spreads de la deuda high yield son muy superiores a su media de 420 puntos básicos de la dos recuperaciones anteriores, los negocios sin grado de inversión van a tener que lidiar con un entorno menos abundante de fondos", subrayan estos expertos.
Por ejemplo, señalan, la suma móvil de 12 meses de nuevos programas de préstamos para empresas con un rating inferior a "Baa" se ha hundido de los máximos de enero de 2014, en los 512.000 millones de dólares, a los 347.000 millones del mismo mes de este año. Y la caída ha sido más severa para las notas aún más bajas.
"Si los recientes 820 puntos básicos del spread del high yield se mantiene por encima de 650, es probable que la contracción de estos préstamos continúe", añaden. Mientras, la caída de las emisiones de este tipo de deuda debería extenderse. Una "inmersión" que va más allá del duramente golpeado sector energético.
De hecho, advierten, "no caiga en la trampa de creer que todo está bien fuera del petróleo y el gas". Según datos de Bloomberg, el 52% de las compañías que han presentado sus resultados del último trimestre de 2015 han incurrido en caídas del 4,9% para las ventas y del 5,7% para los ingresos de explotación, en gran medida, estas cifras se explican por la industria energética (-32,4% y -64,2%, respectivamente), pero fuera de ella la mejora fue de apenas el 0,6% y el 2,6%.
Otras advertencias
"La liquidez es el factor más importante a vigilar en este momento (…) Se ha reducido de manera dramática, no en la economía, pero sí en las carteras, por la regulación, el QE… incluso el Banco Central Europeo (BCE) ha reconocido que tiene problemas para comprar bunds. Así que la liquidez es clave, pues si está se acaba… no hay escapatoria", señalaba en una reciente entrevista con GESTIONA TU DINERO el estratega jefe de Amundi, Philippe Ithurbide.
La "Paradoja de la liquidez" de la que hablan los expertos de Citi, es decir, mercados muy líquidos (no en vano los bancos centrales mantienen las máquinas de imprimir dinero a toda potencia) pero poco profundos; dominados por una tendencia clara, pero sin apenas discrepancias entre los inversores; demasiado apalancamiento, subordinado a la actuación de las autoridades monetarias.
Recordemos que el FMI advertía en un informe a principios de octubre de la posibilidad de que la liquidez, que no escasea, es "fácil que se evapore"."Factores como el mayor apetito por el riesgo y los bajos tipos han enmascarado la fragilidad subyacente de la liquidez del mercado" recientemente, explicaba Gaston Gelos, jefe de la división de análisis de estabilidad financiera global del organismo. Así, si las condiciones financieras empeoran o los inversores se cansan de una clase particular de activos, la liquidez puede "evaporarse rápidamente".
Así, por ejemplo, Barclays describía la disminución de la liquidez en renta fija en lo que llevamos de años como "una brecha entre oferta y demanda", pues los bancos están suministrando menor liquidez, mientras los inversores demandan más. En su opinión, el resultado pueden ser "pérdidas potencialmente graves en el mercado de bonos".