La campaña ‘Tierra de Vinos’ de Lidl ha sido un éxito en lo referido a ventas. Sin embargo, ha provocado una rebelión en bodegas como Marqués de Cáceres o Protos, que no están para nada de acuerdo con la oferta que ha lanzado la cadena de supermercados alemana. Comprando cuatro botellas de vino ofrece un […]
Dirigentes Digital
| 20 oct 2014
La campaña ‘Tierra de Vinos’ de Lidl ha sido un éxito en lo referido a ventas. Sin embargo, ha provocado una rebelión en bodegas como Marqués de Cáceres o Protos, que no están para nada de acuerdo con la oferta que ha lanzado la cadena de supermercados alemana. Comprando cuatro botellas de vino ofrece un descuento del 15%. Que vinos de calidad como estos se encuentren más baratos en cualquier Lidl de España que en las propias bodegas es contraproducente. Incluso, Marqués de Cáceres ha realizado un escrito denuncia contra esta cadena, por vender sus productos por debajo del precio de coste. Protos puede que también se sume a esta denuncia. Mientras tanto, otras bodegas prefieren pasar por alto el tema y afirman que si Lidl quiere perder dinero, es cosa suya. A estos les vale con la mayor visibilidad que están teniendo y el aumento considerable de las ventas.
Este asunto no se queda aquí. Desde hace años, agricultores y ganaderos mantienen una guerra abierta con las grandes superficies porque deciden utilizar sus productos como producto reclamo. Es decir, los supermercados e hipermercados ponen un precio muy bajo a estos alimentos de primera necesidad para conseguir así atraer a más compradores que, una vez dentro del establecimiento, adquieren otros productos no tan necesarios.
El sector lácteo es uno de los que más empeño a puesto en acabar con esta práctica de dudosa legalidad. La leche es uno de los principales productos reclamo. Según algunos ganaderos, la solución pasa por fijar un precio mínimo, pero el problema está en que la Comisión Nacional de Competencia no permite pactar precios. Lo único que les queda a estos ganaderos es llegar a un acuerdo para no utilizar la leche de esta manera, pero esto no cambia nada, ya que los propios ganaderos están concienciados, y los supermercados no ganarían nada con llegar a este acuerdo. Al contrario, terminarían perdiendo clientes, por lo que ni siquiera se lo plantean.
Por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se tomaron algunas medidas para regular tanto el precio de la leche, como el del aceite, también utilizado como reclamo, sin embargo, parece que no ha tenido el efecto esperado.
El pan es otro de los productos más afectados por la desleal competencia de supermercados. Sin entrar en el debate de la calidad del producto, algunos supermercados venden a unos 30 céntimos cada barra. Sin embargo, según el Estudio de la cadena de valor y formación de precios de sector del pan, una pieza de 725 gramos debería costar unos 70 céntimos.
Todo este entramado está en parte dado por el cambio en la tendencia de consumo del cliente. Según señala la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), cada compañía establece su propio criterio y sus reglas en este asunto. Ahora, los supermercados han comenzado a competir por precio y no por calidad. Hace años, antes de que España entrara en la situación económica actual, las personas elegían a que establecimiento acudir por una serie de factores como: variedad de productos, cercanía, calidad, horario, etc. Sin embargo, ahora, una de los principales factores de toma de decisión es el precio.
Además, para entender porque se rebajan tanto los precios en algunos de estos productos habría que analizar toda la cadena, desde el principio hasta el fin, desde que comienza a elaborarse hasta que se coloca en el estante de una tienda, pasando por la distribución, el embalaje, etc. Por otro lado, los supermercados dejan entrever que la reducción de precios suele coincidir con temporadas de grandes excedente de los productos rebajados.