Este mes no hemos revisado nuestra previsión de crecimiento para el año, fijada en el 2,4%. ¿Les parece una buena noticia? La realidad es que lo es cuando consideramos que llevamos revisándola a la baja de forma continuada desde hace dos años, en mayor o menor medida. Pero es que el ritmo de crecimiento que […]
Dirigentes Digital
| 31 may 2016
Este mes no hemos revisado nuestra previsión de crecimiento para el año, fijada en el 2,4%.
¿Les parece una buena noticia? La realidad es que lo es cuando consideramos que llevamos revisándola a la baja de forma continuada desde hace dos años, en mayor o menor medida.
Pero es que el ritmo de crecimiento que esperamos para este ejercicio no sólo se mantiene por debajo del crecimiento tendencial (y son cinco años consecutivos por debajo del 3,0%), como también que es el más bajo desde el año 2009.
Claro, el futuro será mejor. De hecho, esperamos que la economía mundial recupere un ritmo de crecimiento del 2,8% en 2017, incluso por encima del 2,6% estimado en 2015.
Sí, el futuro será mejor aunque haciendo hipótesis sobre cuestiones que escapan al ámbito económico. Me refiero a uno de los principales riesgos que existe a nivel mundial: el político.
En definitiva, desde el Referéndum británico hasta el abanico de elecciones generales y presidenciales que habrá en los países desarrollados en los próximos meses. Los factores de tipo cualitativo que tanto temen algunos consejeros de bancos centrales. ¿Cómo enfrentarse a ellos? La propia Zona Euro, tan necesitada siempre de consenso político para seguir avanzando en su integración se enfrenta ahora a un riesgo de debilidad política nacional que aplaza cuestiones tan relevantes como la integración fiscal. La segunda pata de la Unión Monetaria queda aplazada hasta un mejor contexto político. Siempre y cuando, esta es mi opinión, la recuperación económica aunque débil siga adelante. Pero de todo esto ya hablaremos en el futuro.
A principios de año hablamos de la relación entre el crecimiento Estados Unidos y el de China como premisa para valorar el riesgo de debilidad económica mundial. Ahora, con los primeros datos del segundo trimestre todo apunta a que la economía norteamericana está recuperándose tras unos débiles datos del primero, cuando la economía china comienza a mostrar nuevos indicios de agotamiento. Esto ha llevado a iniciar un nuevo debate sobre cuándo subir los tipos de interés, recuperando la tendencia de normalización que había quedado aplazada a principios de año.
Pero, ¿de verdad hay prisa para subir tipos? Vean la evolución de los indicadores de inversión y decídanlo ustedes…
En definitiva, pensamos que aún estamos lejos de consolidar niveles de crecimiento más altos. Y muy lejos aún de plantearnos que las incertidumbres, ahora políticas, se han superado. Pero, por otro lado, también es cierto que si la Fed espera a seguir con la normalización de tipos a que todas las incertidumbres, domésticas e internacionales, se hayan superado realmente no podría volver a subir los tipos de interés. Así, la Fed no sube tipos para restringir las condiciones financieras como que lo hace para que no sean tan laxas. Veremos.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.