En su última nota a clientes, el experto explica que el fracaso de las políticas monetarias está destinado a tres grandes consecuencias. La primera, que la economía real se topa cada vez más con el muro que suponen las rentabilidades a la baja. La segunda, es un incremento del riesgo económico: "incluso aunque los tipos […]
Dirigentes Digital
| 13 sep 2016
En su última nota a clientes, el experto explica que el fracaso de las políticas monetarias está destinado a tres grandes consecuencias. La primera, que la economía real se topa cada vez más con el muro que suponen las rentabilidades a la baja. La segunda, es un incremento del riesgo económico: "incluso aunque los tipos permanecieran en niveles reducidos de forma indefinida, la falta de crecimiento nominal no permitiría disminuir los desequilibrios financieros de los distintos países", advierte, recordando además el impacto de estas políticas acomodaticias sobre la estabilidad financiera mundial. "La amenaza sobre la credibilidad de los bancos centrales, embarcados en una huida hacia adelante mal controlada, no hace sino intensificar este riesgo", insiste Saint-Georges.
A su juicio, esto lleva al mercado a la tercera consecuencia de este fracaso de los bancos centrales: "los Gobiernos están ahora más presionados para tomar el relevo con políticas presupuestarias y fiscales" para estimular el crecimiento. "Para los mercados, tanto de renta fija como de renta variable, se trataría de un cambio de paradigma decisivo tras ocho años inmersos en una tendencia unívoca, influenciada sobre todo por las acciones de los bancos centrales sobre los precios de los activos financieros. Por tanto, los inversores deberían abordar esta transición (todavía hipotética) desde el prisma de la gestión de riesgos", asegura.
El cambio de una dependencia del mercado de las medidas de los bancos centrales a las políticas presupuestarias parece evidente. De hecho, y tal y como explican desde Carmignac, EEUU está pendiente de las elecciones con la esperanza de planes de inversión pública y estímulos presupuestarios. No solo en EEUU. Los expertos recuerdan cómo a principios de agosto también Japón anunció un nuevo programa similar estimado en 275.000 millones de dólares. "A pesar de que la viabilidad de las cifras anunciadas es cuestionable, estamos ante un cambio de prioridades espectacular si recordamos la fatídica decisión de 2014 de aumentar el IVA al 8%, lo que provocó el rápido desplome de la economía nipona", explica Saint-Georges.
Del mismo modo, los inversores también podrían ver en Reino Unido un próximo programa de inversión pública para combatir las repercusiones económicas negativas del voto a favor del Brexit, mientras que en la Zona Euro, "los márgenes de maniobra continúan polarizados entre Alemania, que acaba de anunciar un superávit presupuestario de 18.500 millones de euros para el primer semestre, y el resto de la zona, con unos déficits excesivos".
¿Qué significa este cambio para los mercados?
Saint-Georges es consciente que este relevo de los estímulos monetarios a los presupuestarios aún no es una realidad. Y que queda mucho camino por recorrer para que se cumpla. "Los mercados de renta fija reflejan actualmente este escepticismo: los rendimientos de la deuda pública estadounidense a 30 años siguen rondando sus mínimos históricos en la recta final del periodo estival. Sin embargo, la rentabilidad superior de los mercados bursátiles en los segmentos industriales y cíclicos desde sus mínimos de enero/febrero es indicio de nuevas esperanzas", indica.
Para el experto, en caso de asistir a una decepción económica, los mercados de renta fija podrían seguir resistiendo bien, aunque en los niveles actuales su potencial de ganancias adicionales seguiría siendo muy limitado. "Los mercados de renta variable, en cambio, penalizarían a los valores cíclicos a favor de los más defensivos. Por el contrario, en caso de registrarse una reactivación presupuestaria convincente, las plazas bursátiles podrían encontrar el respaldo que necesitan actualmente (a pesar de que los títulos cíclicos ya se han beneficiado ampliamente de esta previsión), si bien el mercado de renta fija se mostraría muy vulnerable".
Así pues, y en este escenario, el experto considera que los riesgos se han tornado desfavorablemente asimétricos para los mercados de renta fija. En cambio, la prolongación de las políticas monetarias marcadamente acomodaticias y la posibilidad de planes de estímulo para las economías perpetúan unas perspectivas más favorables para los mercados de renta variable y de deuda corporativa.
"Ello justifica mantener durante algún tiempo más nuestra exposición. Sin embargo, no nos olvidamos de que una tensión en los tipos de interés podría contaminar la valoración de estas clases de activos", advierten desde Carmignac. "Este diagnóstico nos obliga a estar doblemente atentos en los próximos meses a la evolución del binomio política monetaria/política presupuestaria".