No sólo la Agencia de Inteligencia estadounidense tiene ‘ansia’ de conocer de que hablan las grandes compañías internacionales, jefes de Estado o población civil. Francia también escucha al mundo. Después de una investigación que ha durado varias semanas, el medio francés Le Nouvel Observateur revela que, a principios de 2008, Nicolas Sarkozy autorizó el espionaje […]
Dirigentes Digital
| 02 jul 2015
No sólo la Agencia de Inteligencia estadounidense tiene ‘ansia’ de conocer de que hablan las grandes compañías internacionales, jefes de Estado o población civil. Francia también escucha al mundo.
Después de una investigación que ha durado varias semanas, el medio francés Le Nouvel Observateur revela que, a principios de 2008, Nicolas Sarkozy autorizó el espionaje a la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), de los cables submarinos de telecomunicaciones que unen Europa con el resto del mundo. Este plan, que costó a los franceses 700 millones de euros durante cinco años (2008-2013), fue puesto en marcha por el servicio secreto del país, que instaló estaciones de interceptación de mensajes en la parte de los cables que pasa por Francia, sobre todo en Marsella, y en Pernmarch Saint Valéry en Caux). Al menos cinco cables de los principales fueron intervenidos durante este periodo con la ayuda deOrange y del grupo Alcatel-Lucent. Además, París firmó en 2010 un acuerdo secreto de cooperación con el servicio de espionaje británico GCHQ.
Por su parte, el actual primer ministro galo, François Hollande ha autorizado a la DGSE ampliar estas operaciones durante cinco años más (2014-2019). Esta medida está incluida en el artículo L854-1 de la nueva Ley de Inteligencia, que busca legalizar las acciones que se realizaban a escondidas.
Este mapa de espionaje, clasificado de "Top Secret", es un proyecto de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE) autorizado por Nicolas Sarkozy durante siete años, y que continuó bajo el mandato de François Hollande, lo que explica la sorprendente moderación de ambos mandatarios, tras conocer que la NSA les estaba realizando escuchas telefónicas.