El eco de las cadenas del fantasma de Lehman Brothers resuena en el Viejo Continente. Otro gigante, en este caso alemán, parece perder pie atacado desde varios frentes, mientras el Gobierno germano no termina de dejar claro su apoyo a la entidad. Las dudas sobre la posición de capital de Deutsche Bank no son nuevas, […]
Dirigentes Digital
| 30 sep 2016
El eco de las cadenas del fantasma de Lehman Brothers resuena en el Viejo Continente. Otro gigante, en este caso alemán, parece perder pie atacado desde varios frentes, mientras el Gobierno germano no termina de dejar claro su apoyo a la entidad.
Las dudas sobre la posición de capital de Deutsche Bank no son nuevas, tampoco la delicada situación que atraviesa la banca europea ante los ‘efectos perversos’ de la política del Banco Central Europeo (BCE). Pero la multa con la que amenaza Estados Unidos a la entidad (14.000 millones de dólares) le ha vuelto a poner en el ‘ojo del huracán’ y la ‘puntilla’ la han puesto los 10 hedge funds que han reducido su exposición a la entidad, según informaciones de Bloomberg.
Los expertos parecen tener claro que es todo una cuestión de confianza y el mercado se mueve entre la idea de que la salud del banco es fuerte, además es too big to fail, pero también, se pregunta si hay algo que se está perdiendo, como ya ha pasado en anteriores, y dolorosas, ocasiones…
Recordemos que este verano el Fondo Monetario Internacional (FMI) advertía que Deutsche Bank era la mayor fuente de riesgo de entre los bancos considerados sistémicos.
No ayudan los despidos anunciados por Commerzbank, mientras la banca italiana, cargada de morosidad, tampoco termina de encontrar una solución a sus carencias de capital, y es un recordatorio constante de que la regulación de la Zona Euro ya no permite rescates públicos, sin que antes tenedores deuda y accionistas se hayan hecho cargo de buena parte de las pérdidas…
"Deutsche Bank no es el próximo Lehman Brothers para el sistema financiero mundial y sus problemas es poco probable que desencadenen una recesión en Alemania. Sin embargo, pone de manifiesto, una vez más, la fragilidad del sector financiero europeo y sugiere que la debilidad del crecimiento del crédito seguirá pesando sobre las perspectivas de la región", señalan desde Capital Economics.
La multa, reconocen, aunque sea rebajada será un problema, pues se calcula que cualquier cifra superior a los 6.000 millones de dólares (la entidad tiene provisionados 6.200 millones para litigios legales) requeriría una ampliación de capital o la solicitud de un rescate…
En cualquier caso, la firma cree importante recordar que "el sistema financiero mundial está ahora mucho mejor capitalizado y su capacidad de soportar shocks es mayor que en 2008". Además, el banco germano, en comparación con Lehman, cuenta con gran cantidad de activos líquidos (como muestra la venta de la aseguradora Abbey) y sus estos también están mejor diversificados, tanto por sector como por país, lo que reduce los riesgos.
"Incluso en el peor de los casos, parece probable que el Ejecutivo alemán acuda en su ayuda, pues la ‘carta’ de las ‘circunstancias excepcionales’ en la normativa de bail-in está ahí, o fomente una fusión con Commerzbank, que en parte es propiedad del Estado. De hecho, el Gobierno de Merkel tiene además capacidad para financiar un rescate sin preocupar sobre sus propias finanzas", explican.
Con todo, Link Securities describe la situación como "la típica ‘profecía autocumplida’, ya que de continuar el actual flujo de noticias negativas, a Deutsche Bank (y también el resto de entidades) le va a ser muy complicado ‘levantar’ capital en los mercados".
En este sentido, desde ETF Securities alertan que la banca es una ‘trampa de valor’. Sus reducidas valoraciones son tentadoras, pero no conviene apostar por estos valores hasta que "aborden las cargas regulatorias, la dilución y los bail-in cesen y la morosidad alcance niveles semejantes a los de sus comparables internacionales".
Mientras, JP Morgan AM apuntan a los costes regulatorios que aún quedan por venir. En un reciente informe, los analistas de la firma insisten en que "la carga regulatoria sobre el sector bancario europeo previsiblemente se intensificará en los próximos años, ya que los acuerdos de Basilea III no se aplicarán plenamente hasta 2018".
Al final, concluye el portavoz de la AEB, José Luis Martínez Campuzano, "no es tanto una cuestión de revolución o evolución del Sector. Más bien hablamos de adaptarse a un escenario repleto de incertidumbres que dificultan fijar una estrategia clara a futuro".