1. No utilizar acetona. Los quitaesmaltes sin este compuesto son más saludables para la uña, pues la acetona las deshidrata y seca. 2. Pellizcar las uñas al retirar el esmalte. Este es un truco de profesional para no manchar las yemas de los dedos al eliminar el esmalte, especialmente los tonos más oscuros: apoya el […]
Dirigentes Digital
| 27 abr 2016
1. No utilizar acetona. Los quitaesmaltes sin este compuesto son más saludables para la uña, pues la acetona las deshidrata y seca. 2. Pellizcar las uñas al retirar el esmalte. Este es un truco de profesional para no manchar las yemas de los dedos al eliminar el esmalte, especialmente los tonos más oscuros: apoya el algodón sobre toda la uña durante unos segundos para disolver el esmalte, y luego realiza un ligero gesto ascendente, como de pellizco, que retira todo el color de los laterales limpiamente, sin ensuciar la piel. Luego sólo hace falta un toque final en el centro de la uña para dejarla completamente limpia.
3. Resistir la tentación de la tijera y usar la lima adecuada. Pásate a la lima y utilízala en una sola dirección, un gesto sencillo que impedirá que se levanten en capas. Para las manos, las más adecuadas son las de 240 gr., lo suficientemente fuertes para rebajar el tamaño de la uña sin dañarla ni agredirla.
4. No cortar las cutículas. Aplica una gota de un producto ablandador de cutículas y empújalas con un palito de naranjo. Corta sólo si hay algún pellejito.
5. Suavizar los laterales. En algunas mujeres, los laterales de la uña están especialmente engrosados o muy secos, formándose durezas que se convierten fácilmente en padrastros. Usa una lima suave para eliminarlas (siempre de la muñeca hacia la yema, en una única dirección) y no olvides nutrirlas con frecuencia.
6. Alisar la superficie de la uña. Si tus uñas son irregulares o estríadas, usa una lima pulidora de forma muy, muy suave. No abuses de ella, pues puede fragilizar la uña.
7. No esmaltar sin antes aplicar la base más adecuada. Una base de calidad aporta un plus de tratamiento, alarga la duración del esmalte y protege la uña. Las hay para fortalecer, alisar, corregir el tono, estimular su crecimiento… Sencillamente imprescindible.
8. Dar color al borde libre de la uña. Esmaltar el borde ungueal, y no sólo la superficie, prolonga la duración de la manicura.
9. Acariciar con el pincel. El consejo Masglo es aplicar una primera capa de esmalte cubriente, que no haga aguas, acariciando la uña con el pincel con un gesto fluido. Al hacer esa primera capa más generosa, la segunda se puede hacer más fina, y si pincelamos más de tres veces, mejor que mejor.
10. No olvidar del brillo. No sólo al terminar la manicura: una nueva capa de brillo es una excelente forma de refrescar la manicura al cabo de unos días sin tener que retirar el color.