El pasado año la rentabilidad por dividendo de la Bolsa española rozó el 5%. Y las fórmulas para ‘premiar’ al accionista siguen siendo muy variadas. Pero una tendencia se acentuó en 2016, y tiene visos de desaparecer este año: la opción de pagar parte de estos dividendos en acciones. Según datos del último informe anual […]
Dirigentes Digital
| 03 ene 2017
El pasado año la rentabilidad por dividendo de la Bolsa española rozó el 5%. Y las fórmulas para ‘premiar’ al accionista siguen siendo muy variadas. Pero una tendencia se acentuó en 2016, y tiene visos de desaparecer este año: la opción de pagar parte de estos dividendos en acciones. Según datos del último informe anual de BME, las ampliaciones de capital realizadas por las cotizadas españolas para satisfacer los pagos de dividendos siguieron en caída libre respecto al año anterior. Ahora, las empresas utilizan esas operaciones para con fines corporativos de crecimiento e inversión. En concreto, y con los últimos datos disponibles hasta cierre de noviembre de 2016, el peso de los pagos mediante la fórmula de scrip dividend ha pasado del 41% en 2013, al 30% en 2014, y el 35% en 2015. Ahora, han sido 11 compañías las que han decidido hacer 17 pagos mediante esta fórmula. Tan solo un 22% del total, con un importe en acciones de unos 5.542 millones de euros. La mitad que en 2013. “El final del fortísimo proceso de ajuste y saneamiento del sector bancario español para reducir riesgos y ajustar su estructura de balance y negocio a los estrictos requerimientos de capital exigidos por la nueva regulación europea, está en la base del descenso progresivo en el uso de la fórmula retributiva del scrip desde hace un par de años hasta hoy”, indican desde BME. Por otro lado, los expertos apuntan al mayor equilibrio de las firmas no financieras entre sus niveles de deuda y capital. “Hay pues, en el conjunto de las cotizadas, menores necesidades de aumentar la base de capital que en el pasado más reciente”, explican desde BME. En total, de enero a noviembre de 2016, la retribución total al accionista en la Bolsa española materializada en dividendos y devolución de aportaciones por primas de emisión alcanzó los 25.191 millones de euros. Las cotizadas han distribuido a sus accionistas 24.743 millones de euros en dividendos, cifra que representa el 98% de la retribución total y que significa un crecimiento del 0,89 % frente a lo registrado en los mismos 11 meses de 2015. Camino a la extinción Telefónica, Santander, Endesa… grandes empresas de la Bolsa española lo han utilizado en los últimos años, bajo el nombre de ‘dividendo elección’, con el que el accionista decide si quiere cobrar en acciones o en efectivo su retribución, en este último caso en forma de derechos de suscripción sobre acciones de la compañía pagadora y en proporción al importe de dividendos que le corresponda. Una de las ventajas actuales de la aceptación de acciones como fórmula de retribución del capital para el inversor particular nacional, era que puede diferir su tributación en IRPF (renta) al no ser considerada la recepción de los derechos como un rendimiento de capital mobiliario al uso, es decir, sujeto a retención como en el caso de cobrarlos en efectivo. Cobrando mediante acciones (recibiendo derechos) la tributación del rendimiento se difiere al momento de la venta de las acciones en el mercado cuando el valor de los derechos se aplica reduciendo el precio de compra de las acciones a la hora de calcular la plusvalía (ganancia o pérdida de capital) como diferencia entre los precios de compra y de venta de los títulos que dieron lugar a aquellos derechos de suscripción recibidos. Sin embargo, esta consideración fiscal va a cambiar a partir de enero de 2017, fecha desde la cual los derechos de suscripción recibidos, ligados a acciones cotizadas y derivados de cualquier operación corporativa, pasarán a ser considerados ganancia patrimonial sujeta a retención en el ejercicio en el que se liquiden o trasmitan los derechos. “A expensas de más aclaraciones o matices desde las autoridades tributarias para la aplicación de esta nueva norma,el cambio previsto es de amplia repercusión porque de él se derivan efectos muy negativos para la facilidad de transmisión de los derechos de suscripción en los mercados secundarios de valores”, indican desde BME. Tanto es así que, de facto, puede que ese mercado se anule completamente por las dificultades operativas y costes que conlleva la aplicación de la nueva norma tributaria. Telefónica ya ha anunciado que dejará de pagar en ‘formato scrip’ este año. Y los bancos también lo harán. De hecho, la mayoría ya no realiza más de un pago al año bajo esta fórmula.