Los fondos cotizados siguen llamando al dinero de los inversores. Y si hay una categoría que ha destacado por encima del resto durante el primer semestre del año, esa es la renta variable europea. Según el último informe de tendencias de mercado en el Viejo Continente elaborado por Lyxor, en total, en los seis primeros […]
Dirigentes Digital
| 28 jul 2014
Los fondos cotizados siguen llamando al dinero de los inversores. Y si hay una categoría que ha destacado por encima del resto durante el primer semestre del año, esa es la renta variable europea. Según el último informe de tendencias de mercado en el Viejo Continente elaborado por Lyxor, en total, en los seis primeros meses de 2014 los flujos netos de activos en este sector sumaron 23.000 millones de euros.
Mucho tuvo que ver en esta cifra la buena evolución del segmento de ETFs en el segundo trimestre, en el que la cifra alcanzó 15.100 millones de euros. El total de activos gestionados remonta al 14% en comparación con el cierre de 2013, hasta 326.000 millones de euros, e incluye un impacto significativo de mercado (+5,7%*).
Los ETF de renta variable fueron los grandes triunfadores acaparando el 70% de las entradas de capital en el segundo trimestre, frente al 37% registrado en los tres primeros meses del año, mientras que las entradas en renta fija experimentaron una tendencia bajista. Y fueron los fondos de renta variable europeos los principales beneficiarios de esta positiva coyuntura, sumando en la primera mitad del año casi la mitad de los flujos netos de activos totales de la renta variable de mercados desarrollados.
Marlene Hassine, Jefa de Análisis de ETF de Lyxor, explica que "las entradas de capitales en la renta variable del sector financiero europeo y los fondos regionales de dicho continente cobraron impulso, mientras que los flujos de capitales se vieron reducidos de forma notable en la renta variable de países periféricos tras marcar un máximo histórico en los últimos compases del primer trimestre de 2014".
Del mismo modo, las entradas de capital en la renta variable estadounidense siguieron mostrando fortaleza desde principios de año, si bien experimentaron una tendencia a la baja, debido a las exigencias actuales de las valoraciones del mercado de renta variable.
La deuda corporativa y la deuda de mercados emergentes siguieron registrando significativas entradas de capital, ya que el diferencial de crédito conservó cierto atractivo en el contexto de unos tipos de interés situados en unos niveles muy bajos. Por el contrario, los flujos netos de activos en la deuda pública europea flaquearon, al alcanzar mínimos históricos los tipos de interés alemanes.