Con ocasión de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), Draghi añadió que tampoco ha visto pruebas de que la baja inflación se haya enquistado en la fijación de los salarios, un gran temor para los responsables de política, ya que un crecimiento pequeño de los sueldos podría perpetuar la inflación baja. " Para […]
Dirigentes Digital
| 09 oct 2016
Con ocasión de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), Draghi añadió que tampoco ha visto pruebas de que la baja inflación se haya enquistado en la fijación de los salarios, un gran temor para los responsables de política, ya que un crecimiento pequeño de los sueldos podría perpetuar la inflación baja. "
Para finales de año o en los primeros meses del próximo, (la inflación) debería subir y acercarse al 1%, y más tarde, por encima del 1%, sobre todo por el efecto base de los precios de la energía", comentó Draghi en una conferencia de prensa. "Por tanto, la tasa de inflación seguirá subiendo (…) para que nuestro objetivo sea alcanzado a fines del horizonte de previsión, en 2018 o el comienzo del año siguiente", agregó.
Según informa Reuters, el BCE lleva tres años y medio sin poder cumplir su objetivo de inflación, cercano al 2 por ciento, aumentando el temor a que su política pueda perder credibilidad por una pérdida de la confianza de empresas y hogares en sus decisiones de política, lo que complicaría aún más su labor en el futuro.
Draghi agregó que el crecimiento de la zona euro parece haberse estabilizado y que podría seguir así durante el resto del año. Pese a todo, el panorama presenta riesgos bajistas, sobre todo por riesgos geopolíticos y un crecimiento menor al proyectado en el comercio mundial. Aunque admitió que sus políticas tienen riesgos y efectos secundarios negativos, Draghi señaló que no ha detectado nada que pueda ser considerado como burbujas en los precios de los activos.