La CNMV ha suspendido esta mañana la cotización de Duro Felguera tras la información sobre la operación de dilución de su capital acordada por su consejo de administración el pasado martes. La compañía se encuentra inmersa en la negociación de un proceso de refinanciación con sus entidades financieras de referencia que supone una conversión de deuda […]
Dirigentes Digital
| 07 mar 2018
La CNMV ha suspendido esta mañana la cotización de Duro Felguera tras la información sobre la operación de dilución de su capital acordada por su consejo de administración el pasado martes. La compañía se encuentra inmersa en la negociación de un proceso de refinanciación con sus entidades financieras de referencia que supone una conversión de deuda en instrumentos asimilables a capital, así como la entrada de dinero nuevo. En una reunión con la banca, la empresa ultimó los detalles de su plan de reestructuración, que pasan por una inyección de capital de entre 100 y 125 millones de euros, que dará a los inversores que acudan a la oferta pública de suscripción (OPS) entre el 78% y el 91% del capital de la compañía asturiana. Los accionistas actuales apenas se quedarán con entre el 10% y el 5% de la sociedad. Se estima que en la operación las entidades financieras se reserven un 6% de las acciones. Duro Felguera cotiza al nivel más bajo en 16 años, se ha revalorizado un 18% en 2018 ante la perspectiva de que consiga eludir el concurso de acreedores. Aunque aún no hay detalles sobre el precio de la acción acordado para esta nueva ampliación, se estima una rebaja superior al 50% de su valor bursátil actual, que es de 0,39 € por acción. La dilución alcanzará por tanto hasta un 95% del capital actual, por lo que las familias Arrojo y Arias, los mayores accionistas del grupo de ingeniería, perderán ‘de facto’ toda su participación. La primera es dueña actualmente del 24,5% del capital, mientras que la segunda atesora el 10%. Por su parte, la familia Ybarra, accionista histórica de Vocento, controla un 5% que adquirió en 2013 y del que ha perdido casi toda su inversión. La negociación con las entidades financieras gira en torno a mantener una deuda sostenible de 85 millones de euros, con una entrada de liquidez de 25 millones de euros y líneas de avales para nuevos proyectos por un total de hasta 100 millones de euros.