Pero, ¿qué implica la transformación digital en las administraciones públicas? En primer lugar, un aumento de la productividad, entendiéndola como una mejora en el rendimiento de los servicios públicos. Para conseguirlo, es necesario que los gobiernos ejecuten una estrategia colaborativa y eficiente de gestión de la información. Esta transformación supone también una mejora de los procesos productivos de estas organizaciones. Más aún: las nuevas tecnologías ofrecen a los gobiernos mayor accesibilidad, inmediatez, personalización, flexibilidad y transparencia, además de reducir costes y tiempo. Además de todo lo mencionado, y no menos importante, es el aumento de la satisfacción de los ciudadanos. Sin lugar a dudas, los gobiernos necesitan embarcarse en la era digital para adaptarse a las demandas de sus residentes. La nueva configuración de la sociedad requiere que las administraciones construyan un nuevo modelo de trabajo basado en la puesta en marcha de un gobierno electrónico o e-government que digitalice todos los procesos de información. Esta renovación mejorará la relación con los ciudadanos, les facilitará el acceso a los contenidos y fomentará la innovación en los servicios. Para que esta transformación sea una realidad, es fundamental la coordinación y colaboración de todos los agentes implicados en este proceso. La implementación de una agenda digital es un buen primer paso para ejecutar las estrategias de digitalización de los contenidos. En ella, han de establecerse las bases para la colaboración y agilizar los procesos mediante la eliminación de los silos que puedan dificultar el acceso a la información. La puesta en marcha de una agenda digital aumentará la productividad y facilitará el acceso a los servicios gracias a la ejecución de un código común de buenas prácticas digitales aplicable a todo el organigrama público. En definitiva, avanzamos hacia una sociedad cada vez más digital que demanda los servicios de un gobierno electrónico. Esta nueva forma de gobierno conectado aprovecha la irrupción de las nuevas herramientas digitales y ofrece servicios a los ciudadanos las 24 horas del día, los 365 días del año. Lo cierto es que cada vez más administraciones están apostando por el e-government. En este sentido, la aplicación de las nuevas tecnologías en el sector público está comenzando a ganar protagonismo en las hojas de ruta de los gobiernos. Algunos países como EE.UU, Holanda o Canadá están realizando grandes avances en la optimización de los servicios públicos. En España, el Ayuntamiento de Madrid se ha convertido en pionero dentro del sector público de nuestro país en la gestión de la información pública. El consistorio madrileño está implementando una estrategia de digitalización de la información para impulsar sus proyectos, mejorar la accesibilidad y usabilidad, ahorrar el dinero público y optimizar los costes de servicio de gestión web. Esta renovación en los portales de atención al ciudadano del Ayuntamiento de Madrid ha permitido una mejora en el nivel de servicio, una mayor usabilidad de la página web e incluso un mayor tiempo de permanencia en el site. Nos acercamos a 2020, una fecha clave para los expertos en transformación digital, y de algo estamos totalmente seguros: una adecuada gestión de la información digital será un factor clave para el éxito. Ya sea de una forma u otra, las administraciones públicas están abocadas a construir una infraestructura de gobierno electrónico que digitalice los procesos de información para adaptarse a las demandas de la sociedad actual. Christian Menda, director Regional de Ventas de Iberia de OpenText