España y Estados Unidos están ahora unidos por una preocupación común, la de que las sanitarias contagiadas por ébola salgan adelante. Estas dos mujeres se han convertido en los dos primeros casos de contagio de este virus fuera de África. Sin embargo, y pese a la similitud de lo sucedido, hay diferencias en cuanto a […]
Dirigentes Digital
| 13 oct 2014
España y Estados Unidos están ahora unidos por una preocupación común, la de que las sanitarias contagiadas por ébola salgan adelante. Estas dos mujeres se han convertido en los dos primeros casos de contagio de este virus fuera de África. Sin embargo, y pese a la similitud de lo sucedido, hay diferencias en cuanto a la manera de informar que han tenido ambos Gobiernos, el tratamiento de la enferma, o el aislamiento y control frente a una posible extensión.
Contagio
La forma en la que ambas se contagiaron es muy similar. Por un lado, Teresa Romero, la auxiliar española, atendió a los dos misioneros españoles contagiados por ébola. Todo apunta a que fue, mientras asistía al segundo, García Viejo, cuando contrajo la enfermedad. Teresa entró dos veces en la habitación del religioso, una de ellas cuando ya había fallecido, para limpiar y desinfectar.
La enfermera de Dallas, también se contagió al atender a un paciente con ébola, el liberiano Thomas Duncan. Este hombre falleció pocos días después.
Aislamiento
Tanto Teresa como la otra trabajadora comenzaron el periodo de cuarentena justo después de atender a sus respectivos pacientes con ébola.
Solo cuatro días después del fallecimiento de García Viejo, la auxiliar española comenzó a notar síntomas, como una subida de fiebre. En ese momento, acudió a su médico de cabecera, quien le confirmó que solo tenía una gripe. Teresa también llamó al hospital Carlos III de Madrid, donde se han tratado todos los casos de ébola en España, pero tampoco vieron indicios suficientes para ingresarla. Desde entonces y hasta que decidieron internar a la profesional y hacerle las pruebas permitentes para determinar si había contraído el virus pasaron seis días más. En todo este tiempo, Teresa mantuvo contacto con varias personas e hizo vida completamente normal.
En el caso de Dallas, desde que la mujer empezó a notar los primeros síntomas hasta que se procedió a su ingreso y total aislamiento transcurrieron tan solo 90 minutos.
Información
En España, una vez confirmado el positivo por ébola, cundió el pánico. Nadie informó de lo sucedido en el edificio de la mujer hasta el día siguiente, al igual que a sus familiares y amigos, con los que nadie se puso en contacto. Además, la Ministra de Sanidad, Ana Mato, ha hecho gala de su incompetencia al comparecer únicamente dos veces para informar a los medios. En ambas ocasiones, se limitó a hacer una breve introducción y dar la palabra a otras personas. La primera fue el mismo día en el que se confirmó que Teresa Romero tenía ébola, y la segunda, después de cinco días, junto a los responsables de Sanidad en otras comunidades autónomas.
Este mismo día, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció la creación de un Comité Especial para tratar la crisis del ébola al frente del cual estaría ella misma y no la responsable de la cartera de Sanidad. Fue el pasado viernes, tras la reunión del Consejo de Ministros.
En Dallas, los servicios de desinfección no esperaron a que se hiciera de día para actuar. En plena noche llamaron uno por uno a los pisos del edificio donde vive la enfermera. Dieron información a los vecinos de lo sucedido y les entregaron un folleto que explicaba como tienen que actuar ante esta situación. Cuando no pudieron localizar a los inquilinos, los agentes dejaron información en la puerta del domicilio.
En Washington, apenas 24 horas después de que se confirmara la terrible noticia, ya ha comparecido el director del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) para dar información sobre el caso en particular y sobre la enfermedad en general. Sin embargo, se ha negado a ofrecer más datos acerca de la hospitalizada, ya que ha pedido que no se conozca su identidad.
Desinfección y trajes de protección
En Estados Unidos la sospecha ante un posible caso de contagio por ébola dispararon enseguida las alarmas. Los servicios de desinfección ya han procedido a desinfectar el coche de la enfermera, su vivienda y todos los objetos que ha podido tocar mientras se encontraba fuera del hospital.
En España, la rapidez no llegó ni siquiera tras el segundo positivo. La sala de espera donde Teresa permaneció varias horas, en el hospital de Alcorcón, tardo dos días en comenzarse a desinfectar. Y todavía más, en concreto tres días es lo que tardaron en empezar las labores de desinfección en el piso y el edificio de la joven.
En cuanto a los trajes de protección, desde que se conoció el contagio, ha sido una de las cosas más criticadas dentro del tratamiento de actuación frente a la enfermedad en España. Trabajadores del hospital denuncian que los trajes son muy poco profesionales, no hay tallas para todos e incluso, no se puede estar mucho tiempo con ellos puestos porque se alcanzan temperaturas insoportables. Además, estos mismos trabajadores han denunciado que nadie les ha explicado bien como ponerse y quitarse esta vestimenta.
Mientras tanto, en el hospital Presbiteriano de Texas, los monos que se utilizan permiten un mayor aislamiento, y cuentan con un servicio de ventilación que aumenta su tiempo de utilización.
Mascota
Excalibur se convirtió la semana pasada en el perro más famoso de España. Era la mascota de Teresa Romero. El ejecutivo madrileño tomó la decisión de sacrificarlo, pese a la oposición de cientos de personas, por sí existía una mínima posibilidad de que el canino estuviera contagiado y transmitiera el virus a otras personas. Muchos partidos ecologistas se manifestaron en la puerta del domicilio de Teresa para pedir que se le hiciera primero las pruebas pertinentes, algo que finalmente no se cumplió.
Como si de un calco se tratase, la mujer contagiada de Dallas también tiene un perro como mascota. Sin embargo, aún no ha transcendido cuál podría ser su futuro.
Según un comunicado del hospital, "quienes estuvieron en contacto con esa persona después de que los síntomas emergieran serán controladas en función de sus interacciones y su potencial exposición al virus", por lo que cabe la esperanza de que el perro sea sometido también al análisis y control pertinente.