"La sombra de la crisis ha pasado". Así de contundente se mostraba el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante el séptimo y penúltimo discurso sobre el Estado de la Unión que pronunció en el Capitolio el pasado mes de enero. "En este momento, con una economía en crecimiento, la reducción del déficit, la reactivación […]
Dirigentes Digital
| 20 abr 2015
"La sombra de la crisis ha pasado". Así de contundente se mostraba el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante el séptimo y penúltimo discurso sobre el Estado de la Unión que pronunció en el Capitolio el pasado mes de enero. "En este momento, con una economía en crecimiento, la reducción del déficit, la reactivación de la industria y la producción energética en auge, hemos emergido de la recesión con más libertad para escribir nuestro futuro", subrayó Obama.
Pero, aunque el país disfruta de una economía fuerte, el líder demócrata no dudó en destacar que aún se enfrentan a muchos retos. Parte de esos retos pasan por lograr relaciones comerciales con otros países: "no podemos separar nuestro trabajo en casa de nuestro trabajo fuera". Con estas palabras, el presidente apuntaba a los tratados comerciales que impedirían a China marcar las normas en Asia, la región de mayor crecimiento económico del planeta. Aquí entran en juego Japón y la Unión Europea.
Acuerdo ‘contra’ el gigante asiático
"China quiere escribir las normas de la región de más rápido crecimiento del mundo. Eso pondrá a nuestros trabajadores y empresas en desventaja ¿Por qué dejaríamos que eso pasase? Nosotros debemos escribir esas reglas". Bajo esta idea, Obama está apostando por impulsar la fuerza comercial de Estados Unidos más allá de sus fronteras.
De ahí que Japón y EE.UU. estén avanzando en sus negociaciones para llegar a un acuerdo comercial transpacífico que podría salir a la luz la próxima semana. El ministro de Economía japonés, Akira Amari, y el representante de Comercio de Estados Unidos, Michael Froman, han confirmado los progresos sobre los "temas pendientes" que quedan para llegar al consenso.
La primera y tercera mayor economía del mundo pondrán en marcha el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), si logran salvar sus diferencias en cuanto al acceso al mercado agrícola de Japón y al sector automotor en Estados Unidos, que siguen obstaculizando el pacto entre las dos naciones.
Al otro lado del Atlántico
Aunque el acuerdo con Japón sería un hito, el que realmente está generando más polémica es al que Estados Unidos quiere llegar con la Unión Europea. Bajo las siglas TTIP, el acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversiones podría convertirse en el más importante en materia comercial.
De momento, ambas partes tienen que limar muchas asperezas. Y es que, este acuerdo lleva casi dos años dando vueltas en los despachos por los recelos que genera en ambas partes. A este recelo se suma, además, una fuerte corriente de oposición social que considera que, de salir adelante, el acuerdo supondría una pérdida de los derechos públicos.
Estados Unidos y la Unión Europea pretenden llegar a un punto común en materias tan complicadas como la anulación de los aranceles o tarifas transfronterizos en el comercio de productos agrícolas y ganaderos, cosméticos, bienes industriales, automóviles o productos financieros.