El número de mujeres estadounidenses en la mejor edad activa que no forman parte de la fuerza laboral del país en su conjunto, ha aumentado un 17% desde el año 2000. No obstante, las razones para su salida de la fuerza laboral solo se han modificado levemente. Tanto en el año 2000 como en el […]
Dirigentes Digital
| 18 ago 2016
El número de mujeres estadounidenses en la mejor edad activa que no forman parte de la fuerza laboral del país en su conjunto, ha aumentado un 17% desde el año 2000. No obstante, las razones para su salida de la fuerza laboral solo se han modificado levemente. Tanto en el año 2000 como en el 2015, el mismo porcentaje de mujeres apuntó a la formación como la razón para su salida de la fuerza laboral, mientras que un punto porcentual más señaló a la mala salud y otro punto porcentual más lo achacó a las responsabilidades familiares.
Al mismo tiempo, el número de mujeres que afirman que no tenían disponibilidad para trabajar descendió en un punto porcentual y la cuota de mujeres desalentadas se duplicó, según un estudio de BBVA Research. La mayor parte de mujeres lleva fuera de la fuerza laboral mucho tiempo, y el 59% no ha buscado empleo en el último año.
Para muchas mujeres, la decisión de abandonar la fuerza laboral no es permanente, lo que indica que la tendencia alcista en las mujeres que abandonan la fuerza laboral es reversible, apunta el estudio que añade, a modo de conclusión, que la reincorporación de las mujeres a la fuerza laboral contribuirá a mejorar el estado del mercado laboral y a facilitar un futuro crecimiento salarial y de la inflación, e incluso podría afectar directamente al futuro del crecimiento económico estadounidense y a la senda a largo plazo prevista de normalización de la política de la Reserva Federal. Asimismo, una tasa superior de participación femenina puede mejorar el nivel educativo general, ya que las mujeres tienden a dedicar una parte importante de sus ingresos a la educación de sus hijos.
En muchos casos, incrementar el número de mujeres en la fuerza laboral aumentaría el número de familias con dos fuentes de ingresos, repercutiendo directamente en la erradicación de la pobreza. Las medidas para equilibrar las condiciones laborales entre géneros y para expandir las políticas de conciliación familiar, además de fomentar la igualdad en los empleos de media jornada y con horarios flexibles, también podría hacer que tanto las mujeres con un alto nivel de formación como aquellas con un nivel menor se reincorporen a la fuerza laboral.
Algunos ejemplos de éxito en materia de opciones laborales flexibles y políticas de promoción se pueden encontrar en Silicon Valley y en el sector sanitario, mientras que otros países de la OCDE, como Dinamarca o Suecia, ofrecen importantes ejemplos de iniciativas exitosas en educación y atención infantil temprana. Siguiendo estos ejemplos, Estados Unidos debería aumentar el gasto en iniciativas como la ampliación del acceso a la enseñanza de preescolar, al tiempo que ofrece incentivos para las compañías que apliquen políticas de conciliación familiar, como ofrecer un permiso bien pagado para ambos padres y opciones laborales flexibles a fin de evitar perder a posibles mujeres en la mejor edad para trabajar.