Arrastre total. Pese a que las caídas vividas la pasada semana tras la crisis en Banco Espirito Santo (BES) habían dado paso al optimismo de los analistas aconsejando comprar en las correcciones, las financieras europeas volvieron a sufrir el martes el efecto arrastre de la entidad lusa. Las acciones del BES despidieron la sesión con […]
Dirigentes Digital
| 16 jul 2014
Arrastre total. Pese a que las caídas vividas la pasada semana tras la crisis en Banco Espirito Santo (BES) habían dado paso al optimismo de los analistas aconsejando comprar en las correcciones, las financieras europeas volvieron a sufrir el martes el efecto arrastre de la entidad lusa. Las acciones del BES despidieron la sesión con un desplome del 14%, cerrando 14 jornadas consecutivas a la baja.
Los títulos de la entidad llegaron incluso a situarse en un mínimo histórico de 0,355 euros, lo que equivale a un descenso del 20,2%, en los primeros compases de negociación. Y todo en medio de una oleada vendedora que ha acercado el volumen de negociación sobre sus acciones a niveles históricos de casi 160 millones de operaciones.
Rioforte, la sociedad de inversión del Grupo Espírito Santo, se prepara para solicitar el concurso de acreedores ante sus dificultades para hacer frente a los vencimientos de deuda, como los 1.000 millones de dólares que debe afrontar para Portugal Telecom en los próximos días.
Las nuevas dudas sobre la entidad derribaban la cotización de entidades como Bankia o Santander un 3% en la sesión del martes, mientras que las caídas rondaban el 1,5% en Popular o BBVA. Daniel Pingarrón, analista de IG, explica que la entidad lusa "se ha convertido en un catalizador autónomo para las bolsas occidentales. La venta ayer del 5% por parte de la familia propietaria con un importante descuento, ha contribuído a aumentar las dudas sobre el holding financiero, cuya estabilización parece completamente necesaria para aspirar a retomar la tendencia alcista en Europa".
Sin embargo, asegura que "los problemas del BES no parecen tener la suficiente envergadura como para generar una caída mucho más importante de la que hemos contemplado hasta ahora, pero el tiempo juega en contra del banco portugués, y la incertidumbre es enemiga de las subidas", señala.
Diego Jiménez Albarracín, responsable de renta variable del centro de inversiones de Deutsche Bank, explica que "casos como este siempre afectan, al igual que otros como las multas millonarias sobre algunas entidades". El experto advierte que hay que ser más moderado con este tipo de noticias. Y pone el ejemplo de Italia: "allí hemos visto ampliaciones de capital en las que, de repente, salta un rumor de que no todos los grandes accionistas han acudido a esa ampliación y el valor se desploma".
Desde la firma explican que estos hechos evidencian "que los inversores aún no tienen la confianza plena" de la que alardean últimamente. Aún así, coinciden en asegurar que no hay motivo para un efecto contagio a la banca europea, ya que en el peor de los casos, "solo con los fondos del rescate bancario del BCE a Portugal se podría cubrir cualquier problema". La cuestión de fondo está, a juicio de Albarracín, en que los inversores no se dan cuenta de que lo que está fallando "es la solvencia de la familia, los mayores accionista del banco, pero no la solvencia de la entidad".
ESPIRAL BAJISTA
Es cierto que el BES no ha sido el único catalizador de las últimas caídas. En su discurso del martes, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, también advirtió que si la recuperación del empleo sigue siendo más rápida de lo esperado, la subida de tipos podría ser más pronto y rápido de lo esperado hasta llevarlos a niveles objetivo. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, explica que "al final, la Fed tomará decisión tras decisión en cada mes con la nueva información disponible manteniendo los objetivos cualitativos. Y esto genera una elevada incertidumbre que en mi opinión no está siendo recogida por el mercado".
La misma incertidumbre que generó los nuevos datos del ZEW alemán, que ha vuelto a decepcionar retrocediendo más de lo esperado. Las Expectativas de los inversores alemanes para los próximos seis meses se han situado en 27,1 frente al 28,2 estimado, y cayendo desde el 29,8 anterior. Se trata del séptimo mes con descensos desde que tocase máximos en diciembre de 2013 (62).