Aunque contiene muchos ingredientes secretos e impredecibles, la fórmula del éxito empresarial suele cumplir tres condiciones básicas: ofrecer a los clientes lo que quieren, cuando lo quieren y al precio correcto. Llegar a este punto requiere, no obstante, un continuo proceso de análisis y mejora de los procesos de negocio, empezando por conocer en profundidad […]
Dirigentes Digital
| 02 jul 2014
Aunque contiene muchos ingredientes secretos e impredecibles, la fórmula del éxito empresarial suele cumplir tres condiciones básicas: ofrecer a los clientes lo que quieren, cuando lo quieren y al precio correcto. Llegar a este punto requiere, no obstante, un continuo proceso de análisis y mejora de los procesos de negocio, empezando por conocer en profundidad las necesidades de la organización, su posicionamiento en el mercado y sus retos de cambio para el futuro.
Al analizar la eficiencia operativa, la estrategia de desarrollo o las operaciones de producción y distribución de una empresa, nos encontraremos muy pronto con los grandes protagonistas de estos procesos: los terabytes de información y documentación en los que se basan. Para mejorar el tratamiento de los datos y documentos, el primero paso consiste en analizar el modo en el que los empleados interactúan con la información con el triple objetivo de alcanzar procesos de negocio eficaces, optimizar las tareas diarias y lograr una comunicación fluida y transparente con los clientes.
El viaje hacia la generación de valor empresarial parte, por tanto, de un profundo conocimiento del propio negocio, de los clientes y de los empleados. En lugar de recorrer en solitario este camino, cada vez son más las empresas que deciden externalizar ciertos servicios y confiar en un experto para sacar el máximo partido a sus activos y, sobre todo, identificar oportunidades de crecimiento, muchas veces pasadas por alto en el día a día de las organizaciones.
Como en todo viaje, existen determinadas etapas por las que la empresa deberá pasar hasta alcanzar su objetivo. La primera de ellas es la capacidad para innovar o encontrar nuevas respuestas a viejos problemas, apoyándose tanto en buenas prácticas probadas en su sector como en nuevas oportunidades de diversificación o transformación. En las siguientes etapas -la planificación y el diseño-, el papel del proveedor de servicios es decisivo para garantizar que se definan las iniciativas apropiadas y sean implementadas siguiendo la mejor secuencia posible. Antes de pasar a la implementación, en la etapa de desarrollo debe comprobarse, por ejemplo, que las tecnologías utilizadas estén configuradas conforme a los requisitos de la empresa y sus flujos de trabajo específicos. Si todo ha sido bien ejecutado, el despliegue final deberá cumplir los objetivos de negocio identificados al principio.
Siguiendo este camino hacia la excelencia operativa, se pueden aprovechar oportunidades de crecimiento y mejorar aspectos como la comunicación con los clientes. Otras áreas en las que la externalización ofrece grandes ventajas es la de los canales de venta, acelerando y eliminando los errores en los procesos de contratación con clientes, y las propias comunicaciones de marketing, incluidas la elaboración del concepto, creación, producción y entrega, así como la generación de informes de campañas. A través de los servicios de producción, publicación y comunicación segura de documentos, las empresas se aseguran que sus clientes reciban comunicaciones personalizadas y de valor añadido.
La digitalización de procesos o el establecimiento de enlaces con soluciones en la nube, forman hoy parte del nuevo modelo operativo en el entorno digital, centrado en el ahorro de costes y la mejora de la agilidad empresarial. El objetivo es que todos los trabajadores orientados al conocimiento puedan gestionar la información y los documentos en su entorno de trabajo, móvil o fijo, sin condicionantes de tiempo y ubicación.
Luis Olaya
Director en Canon España